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En esto consiste este desorden de desarrollo sexual o anomalía genética/hormonal
El hermafroditismo o desorden de desarrollo sexual (DSD, por sus siglas en inglés) es una anomalía genética/hormonal, derivado del embrión o de la madre. Los bebés que nacen con malformación presenta tejido gonadal de ambos sexos, por lo que tienden a presentar un aspecto corporal ambiguo, conocido también como intersexualidad. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que existen tres tipos de hermafroditismo:
- Pseudohermafroditismo Femenino: Son hermafroditas con aspecto masculino y sexo cromosómico femenino. Generalmente, poseen ovarios junto con órganos sexuales masculinos, aunque también pueden desarrollar un clítoris y una vulva de tamaño excesivo.
- Pseudohermafroditismo Masculino: Son hermafroditas con aspecto femenino y sexo cromosómico masculino. Su deformación se basa en la unión de testículos (en lugar de ovarios) y órganos sexuales femeninos (su vagina es corta en forma de saco escrotal).
- Hermafroditismo verdadero: Conocido como intersexualidad gonadal verdadera. Son individuos que cuentan con tejido ovárico y testicular, al mismo tiempo, en el aparato reproductor. Es decir, puede haber un ovario dentro de un testículo, como puede que ambos testículos tengan ovarios.
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Si el feto es femenino, puede producirse porque las glándulas suprarrenales de la mamá fabrican hormonas masculinas de más, alterando los genitales. En algunas ocasiones, el causante puede ser tumores que la madre desarrolle en los ovarios que la hacen producir testosterona, afectando al bebé.
En un feto varón, los tejidos del bebé no producen testosterona o sufre insensibilidad a la testosterona, generalmente entre la sexta y octava semana, creando una mezcla de características masculinas y femeninas.
Analizar lo que se va a hacer cuando se tiene un bebé hermafrodita es complicado, ya que el ser hermafrodita sigue siendo un tabú para la sociedad, pero una decisión apresurada puede perjudicar su vida a largo plazo. Por esto, es recomendable, que los padres asistan a distintos tipos de especialistas que les puedan explicar qué es lo más conveniente para afrontar el problema.
En ocasiones, detectar que una persona es hermafrodita, se extiende hasta su pubertad o adultez porque puede no presentar signos externos pero, al crecer muestra cualidades del sexo opuesto. Muchos expertos recomiendan retrasar cualquier tratamiento quirúrgico para esperar a que aquellos rasgos femeninos o masculinos (físicos y de personalidad) ayuden a que el individuo pueda decidir su sexualidad y cómo sobrellevarla.
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