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Un especialista explica que resulta más positivo castigarlos y buscar recompensas para motivarlos...
Bofetadas, golpes y gritos son los métodos que utilizan algunos padres para aconductar a sus hijos. Y es que hace algunos años, era la manera en que nuestras abuelas veían más fácil para reprender a sus hijos y no había ningún tipo de problemas.
Ahora, además de las leyes que prohiben golpear a los hijos, también están las advertencias que hacen ciertos especialistas. Por ello, al educar en valores a tu hijo es muy normal que muchas madres se pregunten si ¿será conveniente imponer castigo físico para corregir sus rabietas, berrinches o malacrianzas?
El especialista en Pediatría, Neurología y Psiquiatría, Paulino Castells, dijo en una publicación de Abc.es que él es más partidario de privar a los niños de atención y buscar recompensas para motivarlos, antes de recurrir a los golpes. Menciona en su libro "Tenemos que educar" que los padres de familia deben ponerse serios y decirle "NO" a los azotes.
Para la doctora Jeann Berman, las madres o padres que golpean o pegan a sus hijos, actúan de esta manera como consecuencia de su propia frustración por no saber qué hacer. Y es que según la experta, si acudes a este hábito provocarás en tu hijo falta de amor, rechazo e incomprensión.
¿Qué sucede?
- Pérdida de control. Lo principal es que tú como madre demuestres o dejes claro que tienes el control de la situación y así le explicas que su comportamiento no es el correcto. Al pegarle le darás a entender que no sabes qué hacer y que solo tienes la autoridad cuando le pegas.
- Enseñas la violencia. ¿Cómo crees que solucionará si llega a tener un problema en la escuela? A golpes. El creerá que esa es la única manera de solucionar los problemas; tu amor de madre no puede permitir que tu bebé o hijo aprendar a tirar patas o estar dando golpes por allí.
- No lo estás educando. Los golpes modifican la conducta por el momento, pero no es que acabes con la mala conducta.
- Baja autoestima. Las malas palabras, gritos y golpes dejan una huella imborrable en el corazón de tu hijo. Los niños se sienten humillados e indefensos, esto a su vez les ocasiona una baja autoestima.
- Un delito. En algunos países golpear es considerado un delito, sin embargo ciertos especialista aseguran que hay momentos en que sí es necesario darle un golpe, no violento, a los hijos.
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