Niñez, esperanza y alegría del mundo

Jue, 07/11/2019 - 16:59
El 21 de julio se celebró el Día del Niño en Panamá. Debemos velar por una educación accesible y de calidad para todos, y luchar por los derechos de los menores en nuestro país.
La niñez es la etapa más importante en el desarrollo humano. Sabemos que el desarrollo de cualquier persona en sus diferentes ámbitos (mental, emocional, social y educativo) son procesos continuos; pero la niñez es un periodo clave e imprescindible para determinar muchos de esos aspectos.
 
La niñez es esa etapa en la cual los niños aprenden a construir su personalidad y adquieren valores en familia y sociedad.
 
En todos estos años trabajando en preescolar, me ha tocado escuchar a personas decir: “¿Cómo puedes con niños? ¡Qué horror! ¡Qué fastidio!”. Mi respuesta ante todo esto es: ¡No sabes de lo que te pierdes! 
 
Con un niño no existen días malos y mucho menos aburridos. Los niños son esa chispa de emoción que todos necesitamos en nuestras vidas. No importa cuán triste puedas sentirte, con un niño al lado esa tristeza desaparece. La inocencia de ellos hacia la vida lo es todo,  hacen del mundo un lugar mejor.
 
Es maravilloso para los pequeños recibir un regalo en este Día del Niño y disfrutar de un día lleno del amor de su familia; sin embargo, lo más importante es recapacitar con ellos respecto a la situación de los niños en el mundo. 
 
El Día del Niño y la Niña en Panamá se conmemora en Panamá según la Ley 56 del 15 de diciembre de 2004, la cual establece que el tercer domingo de julio se lleve a cabo esta celebración.
 
Hay determinados territorios donde ser niño o niña es muy complicado. Un estudio de la ONG Humanium, la cual se enfoca en ayudar a los niños y niñas más desfavorecidos en el mundo, indica que en el continente africano la situación es muy grave. Países en guerra o en situaciones de pobreza extrema no son escenarios propicios para el desarrollo de los niños.
 
Siria y la  República Centro Africana son algunos ejemplos de países donde actualmente los derechos de la infancia no se están logrando respetar. En estos países los niños son explotados, no tienen oportunidad para educarse, muchos son mutilados o han perdido extremidades debido a las guerras, pobreza extrema, entre muchas cosas más.
 
Según la Unicef, los derechos fundamentales de los niños abarcan: el derecho a la vida, la salud, al descanso, a la libertad de expresión, a un nombre y una nacionalidad, a la protección, a la libertad de pensamiento y religión, a la protección contra el descuido o trato negligente, a la protección contra el trabajo infantil y a la educación obligatoria.
 
 
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2010, la población total de Panamá es de 3 millones 405 mil 813 habitantes. De estos, 1 millón 172 mil  747 son niños, niñas y adolescentes, es decir que 1 de cada 3 panameños es menor de 18 años de edad (niños: 51.0% y niñas: 49.0%). A pesar de los progresos alcanzados para la niñez y la adolescencia, todavía existen brechas sociales que impiden que todos los niños, niñas y adolescentes puedan gozar de todos sus derechos.
 
La primera escuela para todo niño es la familia, sin embargo, en nuestro país nos encontramos con la realidad de niños abandonados, huérfanos o con padres solteros sin preparación profesional, lo cual dificulta un poco más la situación. En muchos de estos casos no logran recibir dichos valores dentro de su familia.
 
Parece increíble que hoy en día aún exista el maltrato a los niños en diferentes partes del mundo. Es nuestra labor hacer valer sus derechos y no ser partícipe de ellos. Callando somos cómplices, educando somos la solución. 
 
Debemos enseñar al niño a valorar lo que tiene e inculcar lo importante de aprovechar al máximo las oportunidades que se le brindan, para lograr ser una persona de bien en el futuro, siendo este su aporte a la sociedad.
 
Los niños son el tesoro y la esperanza más grande que tiene el mundo y es deber de todos nosotros velar por su desarrollo y bienestar. Todo niño merece ser amado en todos los aspectos, y si tenemos en casa o cerca de nosotros a uno, debemos preguntarnos si lo estamos amando lo suficiente. 
 
  • Compartir: