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Jóvenes y niños deben saber vivir incluso sin la ayuda de una persona responsable, porque ellos en algún momento de su vida van a estar solos.
Tener fuerza de voluntad y no dejarse influenciar por la presión de grupo no es cosa fácil y menos cuando se está en la adolescencia, esa etapa donde el joven empieza no solo a descubrir su cuerpo, sino a ver que el mundo que conocía de niño es totalmente distinto, ya no es "tan color de rosa" y que puede arrastrarlo a la oscuridad.
Yajaira Vargas, subcomisionada de la Policía de Niñez y Adolescencia menciona que la Policía Nacional (PN) desarrolla diversos programas de prevención, pero el DARE (Educación para la resistencia al uso de las drogas y la violencia) está enfocado directamente a decir no al uso de drogas. "Se les enseña a decir que no, a resistirse, evitar y orientar a otros muchachos a que no consuman drogas, así como el daño que pueda causar esto en su organismo y en su mente como niños o adolescentes".
DARE, denominado como uno de los programas de Desarrollo Humano de la PN, se desarrolla principalmente en las escuelas, pues la institución tiene un convenio con el Ministerio de Educación; las charlas están adaptadas para las distintas edades, ya sea para niños de kinder hasta los de sexto año. "Les enseñamos a ver la vida, a decir que no y a que se sepan proteger de cualquier problema, de cualquier delincuente o de cualquier persona que quiera afectarle a él o su entorno".
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Fuera de las aulas de clases también se capta a los niños, niñas y adolescentes. En las comunidades se dan charlas preventivas y en temporada de vacaciones realizan hasta campamentos. "De igual forma orientamos a los padres sobre cómo poder orientar y cuidar a sus hijos. Ellos son la mancuerna, la ficha clave en este trabajo, porque nosotros los apoyamos dentro de los planteles y en las comunidades, pero cuando ellos llegan a su casa necesitamos el apoyo de los padres".
De hecho, en las recientes vacaciones escolares, la Policía de Niñez y Adolescencia realizó con apoyo de la Embajada de Estados Unidos un campamento en Sonora de Penonomé, provincia de Coclé, dirigido a muchachos de 13 a 15 años, "se les instó a soltar un poco la tecnología y que se compenetraran con la naturaleza. Los muchachos quedaron satisfechos con los programas".
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Aprender a protegerse
"Protegerse, esa es la palabra clave y es lo que nosotros le remarcamos. A enseñarlos a protegerse y a saber vivir incluso sin la ayuda de una persona responsable, porque ellos en algún momento de su vida van a estar solos y nosotros los preparamos para que en ese momento en que estén solos y se encuentren vulnerables, puedan defenderse y saber decir que no", indica Vargas.
Por su parte, la subcomisionada Yesenia Pineda, quien también pertenece a la Policía de Niñez y Adolescencia, reitera que el consumo de drogas es un vicio que no los va a llevar por el buen camino, que en vez de ayudarlos a estudiar, les van a sumergirse en ese consumo que no es bueno para su salud ni su mente.
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El programa DARE está enfocado, en palabras más sencillas, en que es malo este tipo de consumo, para lograrlo se necesita el apoyo de los educadores y sobre todo de los padres de familia, "que son el pilar para que esos jóvenes confíen en sus padres para preguntarles qué son las drogas y por qué son dañinas, además que si alguien nos la está ofreciendo decirlo para denunciarlo ante las autoridades correspondientes".
Detalla Pineda que "es fundamental que el padre se involucre, pero también lo es la voluntad del joven o del niño para que no caiga en ese flagelo, porque es muy triste ver a estos jóvenes con estos consumos".
Consumo de marihuana puede llevar al suicidio
"Los preadolescentes y adolescentes deben evitar el consumo de cannabis, ya que su uso se asocia con un aumento significativo del riesgo de desarrollar depresión o suicidio en la edad adulta temprana", esto fue parte de los resultados que arrojó una investigación publicada en febrero pasado en la revista de la Asociación Médica Estadounidense JAMA Psychiatry (Journal of American Medical Association), donde se hace un llamado para que se informe de estos hallazgos a los gobiernos para que apliquen estrategias preventivas para reducir el uso de cannabis entre los jóvenes.
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Y es que una revisión sistemática, el metaanálisis de 11 estudios y una muestra de 23,317 individuos "determinó que el consumo de cannabis en adolescentes se asoció con un mayor riesgo de desarrollar depresión y comportamiento suicida más adelante en la vida".
Se recalca que aunque el riesgo a nivel individual sigue siendo de moderado a bajo y los resultados de este estudio deben confirmarse en futuros estudios, sí existe una alta prevalencia de adolescentes que podrían desarrollar depresión y suicidio atribuible al cannabis. "Este es un problema y una preocupación de salud pública importante, que debe ser abordado adecuadamente por la política de atención médica".
Sobre ello y sin querer entrar en sus resultados, el psiquiatra Carlos Smith indica que probablemente sean jóvenes que ya antes tenían un cuadro depresivo y muchas veces la persona consume buscando una respuesta a sus angustias y entonces cuando se hacen adultos, puede que se suiciden por algo que venía de arrastre, pero "habría que analizar otras variantes".
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