Mié, 07/10/2019 - 09:00
- Para Padres
Desde su nacimiento, los niños inician su proceso de aprendizaje y desarrollo. Ellos experimentan a través de sus sentidos, los cuales les permiten adquirir conocimiento y destrezas.
Las primeras experiencias de un niño y los vínculos que forman con sus padres, junto con sus primeras experiencias educativas, afectan de gran manera su desarrollo físico, cognitivo, emocional y social.
Arrastrarse, gatear caminar y correr, son procesos por los cuales todos los niños deben pasar. Sin embargo, hoy los niños prácticamente nacen y al día siguiente caminan. Los padres lo ven como un logro y lo presumen ante los demás sin saber que es todo lo contrario. Los niños deben atravesar todas estas etapas propias de su desarrollo, por su puesto, con la ayuda de sus padres.
Los padres son los encargados de ofrecer al niño todas las herramientas adecuadas y la estimulación para un desarrollo óptimo. La doctora Pia Rebello Britto, neuróloga, asesora superior de UNICEF para la primera infancia nos dice que “Cada vez que un padre o una madre se dirige a su hijo pequeño, este recibe un estímulo y reacciona. Se forman conexiones cerebrales”.
Mientras los niños se desarrollan, necesitan diferentes tipos de estimulación e interacción para ejercitar sus habilidades y desarrollar otras nuevas. Estas involucran trabajo uno a uno, estimulación temprana y, sobre todo, compromiso.
El niño través del movimiento:
La 1ra etapa de desarrollo es de la posición boca arriba, en la cual el niño se encuentra adquiriendo el control de su cuerpo en el plano horizontal. Progresivamente, al poder sostener su cuello, es capaz de mantenerse por un mayor período de tiempo que le va a permitir interactuar con los demás boca arriba.
De igual forma, el bebé va ganando mayor curiosidad por su entorno y pasa a girar su cuerpo, es decir, a voltearse para así comenzar a desplazarse a través del arrastre, adquiriendo posición de gateo.¡Déjelo que ande por toda la casa! Solo tome las medidas de seguridad adecuadas para su mejor desplazamiento. Al gatear se desarrolla el sistema vestibular, que es el encargado de regular el equilibrio.
Cuando el niño ya controla sus movimientos haciendo que ambos hemicuerpos trabajen de forma coordinada y con más fluidez, entonces tomará una posición erguida y allí viene lo bueno... ¡A caminar se ha dicho! El niño presenta un mejor control de su cuerpo, da pasos más fuertes y una vez superada esta etapa, comienzan a correr. Nuevamente, recuerde que su hijo debe pasar por todas estas etapas para así evitar malas consecuencias a futuro.
Es importante recalcar que si observa que su niño no gatea adecuadamente (arrastra una pierna o sus movimientos no tienen coordinacion) debe acudir a un especialista para poder brindarle la ayuda necesaria.
Recuerdo años atrás que la estimulación temprana solo se le brindaba a los niños que eran prematuros (nacidos antes de las 37 semanas de gestación) o que habían nacido por medio de cesárea, ya que al ser prematuros les faltó desarrollarse o llegar a término, y por cesárea el bebé no tuvo masaje natural al pasar por el canal vaginal sino que fue extraido sin ningún tipo de esfuerzo (a diferencia del parto vaginal en el cual el niño y el útero trabajan en equipo para poder facilitar el alumbramiento).
¿Cómo puedo estimular en casa a mi bebé?
Gateo: Coloque a su bebé boca abajo con las manos estiradas hacia adelante y dóblele sus piernas hacia los lados (en forma de rana). Ponga las palmas de sus manos en la planta de los pies del bebé. Esto servirá para que su pequeño sienta el apoyo e intente impulsarse hacia delante.
Caminar: El momento ideal para que un niño inicie a caminar es entre los 11 y 18 meses, sin embargo no olvide que todos los niños tienen su propio ritmo de desarrollo. Si ha notado que su niño ha logrado pararse, ayúdele brindándole apoyo, ya sea agarrándolo con sus manos o acercándole alguna silla u otro objeto para que pueda agarrarse. Es aquí donde ellos experimentarán con su propio peso. Que el hijo de la vecina haya caminado a los 9 meses no significa que su hijo tiene que hacerlo a la misma edad. No compare a su hijo.
El aprender a caminar es todo un logro tanto para el bebé como para los padres, porque más allá del alcance motor, el caminar significa maduración psicológica y neurológica. El niño gana seguridad y autonomía. Brindarles el apoyo necesario es vital para que logren un desarrollo sano y positivo.
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