A que seguro te ha pasado que no te atreves a comprar una botella en cuanto ves que tiene tapa rosca? "Qué ordinario!", "De seguro es de mala calidad", Quizás esto ni será vino!!!"
Y así nada más, descartas esa botella en el anaquel y tomas otra que; aunque valga menos, tenga corcho. Pero, qué hay de cierto en esta percepción que hemos heredado de generación en generación desde hace más de 50 años que se inició su uso? Por más modernos que nos creamos, tendemos a rechazar lo que no entendemos o desconocemos y preferimos quedarnos con la "tradición" del corcho. "De seguro, si tiene corcho, es bueno!"
Necesitamos tapar una botella, básicamente por 3 razones:
1- Evitar que se riegue su contenido o se filtren impurezas.
2- Preservar los aromas y sabores.
3- Proteger y controlar la evolución del vino en la botella.
Si te fijas, prácticamente todos los destilados vienen en botella con tapa rosca. La razón es que el sello hermético que hace este sistema de cierre es 100% efectivo e impide el ingreso de partículas externas al interior de la botella, al mismo tiempo que evita la evaporación del alcohol. En estos casos, poco nos importa la evolución en la botella, pues este es un evento que no existe para los destilados. Una vez embotellado, el vodka, whiskey, ginebra o ron, permanecen inalterados. Ellos deben terminar todo su proceso de elaboración y maduración antes de entrar en la botella.
En el caso del vino, decimos que el vino está vivo porque él sigue evolucionando en la botella. Pero ojo, no todos los vinos necesitan este proceso. Recuerdas mi blog sobre la guarda de los vinos? (El vino; entre más viejo, más bueno? - 07/07/16). La industria del vino se ha ido desarrollando para suplir la demanda del mercado y; lo que pide el consumidor, son vinos para tomar pronto. Por lo tanto, la micro-oxigenación y evolución controlada que me permite el corcho no es tan necesaria en algunos casos.
Por otro lado, como seguramente sabes, el corcho se produce a partir del Quercus Suber o alcornoque, un árbol y recurso natural agotable que puede producir una capa que se forma y extrae cada 9 años; aproximadamente. Frente a esta situación y la alta demanda de este recurso, la industria del vino ha optado por experimentar otros sistemas de cierre que así como decimos que no hay que comparar entre vinos de diferentes estilos, pues simplemente hay que entender que ciertos tipos de tapón se adecuan mejor a ciertos estilos de vino. Son múltiples los beneficios de utilizar la tapa rosca, empezando por su facilidad de apertura.
El 80% de los vinos del mundo utiliza corcho como tapón. Dentro de los corchos existen diferentes calidades: Naturales, colmatados, bicapa, aglomerados. También tenemos los tapones de nueva generación, sintéticos, plásticos y los de vidrio. En esta industria se puede experimentar tanto como se necesite. Sin embargo, en el caso de vinos de alta gama y larga guarda, el uso del tapón de corcho de la mejor calidad es imprescindible. Adicionalmente, existe un romanticismo y un apego sentimental al uso del corcho.
La ceremonia de apertura de una botella nos hace reflexionar en el respeto que debemos a esta noble bebida y con suavidad acostamos la botella para no despertarla de su largo sueño, con sumo cuidado introducimos el descorchador en el corcho y lo vamos girando lentamente, con toda atención, escuchando su llanto y gemido como señal de que le doliera despedirse de su compañera, la botella. Se va desplazando lentamente por el cuello, en su salida y cuando por fin está listo para salir, muy despacio despegamos el corcho del pico y como último gesto, ella le da su beso de despedida, agradeciéndole su compañía y dedicación (Poop!)
En definitiva, ya sea con corcho o con tapa rosca, todos merecen que les demos una oportunidad.
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