Algo eléctrico
Siempre he creído que solo hay dos personas que saben todos tus secretos más íntimos: TU y LA MAN QUE TE DEPILA!!!
Llegas regia a la sala de depilación laser para salir moribunda y electrocutada. No hay dolor más animal que sentir que vas lista para que te pinches y te disparen luces de vengala en ese vellito necio y arrebatado que no quiere dejar de incomodar.
Llegué a un punto en el que ya no me iba a confesar en la Iglesia donde el Padre… ¿para qué? Si con cada pulsada del laser yo solita decía mis pecados me ponía la penitencia y rezaba el rosario entero.
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