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La cultura, eterna Cenicienta de los gobiernos panameños, por fin parece verá la luz en el próximo quinquenio. La promesa de campaña del ahora presidente Nito Cortizo, de elevar el Inac a ministerio, ya se vislumbra como algo certero. Gremios responden.
La cultura siempre ha sido la Cenicienta de los gobiernos panameños. Al menos así lo consideran sus actores principales.
Que si el bajísimo presupuesto del Instituto Nacional de Cultura (Inac), los escritores no viven digamente del oficio, las agrupaciones emblemáticas como la Orquesta Sinfónica Nacional, el Consejo Nacional de Escritores y el Ballet Nacional no tienen sede... Que si hace falta incentivar la formación en artes y cultura en las escuelas y que el patrimonio histórico y cultural (material e inmaterial) ha sido terriblemente descuidado... es solo una parte de la radiografía con la que se encontrará el próximo Ministerio de Cultura, que ya está más cerca de ser una realidad.
Hace poco, cuando aún los candidatos estaban en la contienda electoral, en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero, la Cámara Panameña Del Libro y la Academia Panameña De La Lengua realizaron el foro "Cultura: Retos de todos", que pedía a los próximos gobierno que la cultura se convirtiera en una prioridad del Estado por ser un elemento fundamental para el bienestar social. Dicho foro contó con la ponencia de ilustres actores culturales de diversas ramas y la participación de algunos candidatos a la Presidencia de la República de Panamá. Solo asistieron Ricardo Lombana y Ana Matilde Gómez, los demás enviaron a sus representantes. En esa cita, el equipo del actual presidente de la República Laurentino Cortizo se comprometió públicamente a elevar a Ministerio el tema cultural, no solo en lo que respecta a las artes plásticas, sino a todo el ser panameño, la idiosincracia, el folklore, la gastronomía, y vincularla al turismo.
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La arquitecta y experta en patrimonio Katti Osorio, el profesor del Conservatorio Nacional, Ellis Newman, quien es parte del Consejo Panamaño de las Artes; la escritora Ela Urriola, quien es profesora de Filosofía de la Universidad de Panamá; y el doctor Gerardo Neugovsen, consultor del tema de industrias creativas para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fueron los expositores. Con sus ponencias sacaron a relucir algunas realidades en el país de los millones: Museos han cerrado sus puertas al público, no existen bibliotecas públicas en los municipios o las que están se encuentran desabastecidas, las autoridades que dirigen las instituciones regentes de la industria no son idóneos, las infraestructuras de los espacios culturales en su mayoría son monumentos a la desidia y las agrupaciones culturales emblemáticas no tienen sede. Por si fuera poco, las Industrias culturales y creativas (ICCs) no han sido vistas como un motor de desarrollo, no existen estadísticas de su impacto ni políticas culturales claras y transversales que marquen una hoja de ruta para que la cultura aporte al desarrollo socio económico.
Entonces, la reciente aprobación del Consejo de Gabinete para que el Ministerio de Educación presente ante la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley que crea el Ministerio de Cultura, ha generado gran expectativa.
El ministerio será dirigido por Carlos Aguilar, quien adelantó en una conferencia de prensa que el Ministerio asumirá la Dirección de Derechos de Autor, la Dirección de Cine y una Dirección de Artesanías. De igual forma, anunció se crearán oficinas para promocionar la cultura como atractivo turístico.
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La creación del nuevo Ministerio y las funciones que tendrá, ha sido bien vista por la Red de Creadores Audiovisuales (REDCREA), en especial el hecho de que la Dirección de Cine ya no esté más adscrita al Mici (como solía ocurrir) sino a la nueva entidad. En un comunicado, el organismo que promueve el desarrollo del cine panameño independiente señaló que "en REDCREA estamos convencidos de que la manera correcta de que los recursos estatales dedicados al desarrollo de la cinematografía nacional, cumpliendo con los objetivos que la ley propone, debe ser a través de un Ministerio de Cultura. En tal sentido queremos expresar públicamente nuestro total respaldo a la iniciativa que ha propuesto el actual gobierno, de crear el Ministerio de Cultura".
Para la asociación, es imperativo que los recursos estatales que se destinen a su desarrollo sean utilizados para cumplir con lo que indica la ley 16 del 2012, que “Establece el régimen especial de la industria cinematográfica y audiovisual de Panamá”. Pero, expresaron a la fecha, ha sido la discrecionalidad de los directores de la Dirección Nacional de Cine la que ha prevalecido, a la hora de otorgar las ayudas para la realización de eventos y festivales, la formación de artistas y técnicos, obteniendo pocos o ningún resultado positivo para el desarrollo de la industria.
Ejemplificaron en el documento algunas irregularidades que se han presentado. "El Concurso Nacional de Cine, creado en el año 2013, es una muestra de la ineficiencia con la que se ha manejado la Dirección Nacional de Cine". El premio del año 2014 aún no se ha pagado. En el año 2015 no se realizó. El 2018 fue impugnado por incumplir con lo que dispone la ley y su reglamentación. Y actualmente, el concurso del 2019 aún no ha podido otorgar los premios a los ganadores por fallas administrativas de la misma dirección.
"A pesar de que el Fondo Cine establece recursos para la creación y funcionamiento de la Cinemateca Nacional, en siete años no se ha dado ningún paso concreto para que esta entidad tan importante para la preservación de la historia audiovisual panameña exista. No existe un plan para estimular la cultura audiovisual y mucho menos la creación de nuevos públicos a nivel nacional. Por último, el régimen especial que otorga incentivos y beneficios a quienes realicen esta actividad ha sido inoperante", detalló el comunicado.
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En aquel foro, la Cámara Panameña del Libro y la Academia Panameña de la Lengua, con el apoyo del Consejo Panameño de las Artes y la Biblioteca Nacional, presentaron a los candidatos, mediante un documento,14 puntos vitales para el desarrollo de la cultura panameña.
- Que el gobierno entrante establezca una política pública para la cultura adecuada al siglo XXI, que sea la base para una Ley General de Cultura y su articulación en planes de acción, así como para la reestructuración de la administración pública de la Cultura proyectada al periodo 2019-2030. Los siguientes puntos de esta Carta de Intención indican algunas de las aspiraciones principales del sector cultural identificadas por este Foro, que ilustran la necesidad urgente de establecer una Política Cultural actualizada al siglo XXI.
- Que la nueva Política Cultural asegure la promoción y la protección de la diversidad de expresiones culturales que conforman la identidad plural de la Nación, fomentando el respeto, equidad de acceso, estudio científico y comprensión mutua de las culturas en Panamá.
- Reconocer la contribución de nuestras letras al desarrollo del país, comenzando por asumir los compromisos con los derechos de autor que dicta la Ley 64 del 10 de octubre de 2012. Para esto es imprescindible que las competencias del Instituto Nacional de Cultura se eleven con la creación de un Ministerio de Cultura.
- Que el conglomerado de gremios artísticos, mediante una representación formal, integre la Junta Directiva de la Institución gubernamental encargada de las artes y la cultura a nivel nacional.
- Que las autoridades que se escojan para dirigir las Instituciones gubernamentales de Arte y Cultura tengan idoneidad comprobada, capacidad de gestión y cumplan con los perfiles que establecen sus Manuales de Carrera Administrativa respectivos.
- Promover una reforma integral de la enseñanza de las artes y la cultura, desde la educación inicial hasta la educación superior, y crear un sistema de coordinación entre el Meduca y la Institución encargada de Arte y Cultura (actualmente el INAC), que cuente con la participación de docentes del sector artístico representado por sus gremios u organizaciones de representación.
- Desarrollar programas de financiamiento para capacitación, investigación, becas e intercambio cultural nacional e internacional para fortalecimiento del sector artístico y cultural. También para la participación anual en eventos internacionales para artistas que apliquen, con criterios que garanticen la participación equitativa.
- Reparar, renovar y construir nuevas infraestructuras y espacios culturales para el desarrollo de la Educación formal y no formal de cada una de las disciplinas de las Artes y el Folclore.
- Fomentar la formación y oportunidades de hacer carrera profesional a través del fortalecimiento de las agrupaciones artísticas nacionales principales, como son la Orquesta Sinfónica Nacional, el Consejo Nacional de Escritores y el Ballet Nacional. A este propósito, solicitamos la creación de coros, compañías de teatro, de danza y de ópera profesionales, que cuenten con su respectiva remuneración y políticas de excelencia que sean cónsonas con altos estándares internacionales.
- Arbitrar todos los medios necesarios para lograr el desarrollo de las Industrias Creativas y Culturales en Panamá, considerando aspectos tales como: formación profesional de funcionarios y emprendedores; creación de una Cuenta Satélite de Cultura que permita la generación de información confiable y actualizada, así como la implementación de una legislación adecuada que promueva las inversiones financieras y estímulos fiscales que fomenten el desarrollo de mercados nacionales e internacionales.
- Fortalecer los aspectos de aplicación de las leyes y reglamentaciones vigentes en la República de Panamá relacionadas con la propiedad intelectual y el derecho de autor, reforzando la capacidad operativa de la Dirección Nacional de Derecho de Autor, así como actualizar los contenidos de dichas leyes cuando sea el caso.
- Designar un presupuesto para el desarrollo de la Cultura conforme a los acuerdos internacionales de los cuales Panamá es signatario, no inferior al 1.5% del PIB.
- Resulta imperiosa la necesidad de una colección que reedite o edite las obras de autores premiados. Los ganadores del Premio Ricardo Miró deberían realizar giras dentro y fuera del país. Estas obras ganadoras deben ser promovidas y es necesario articular esta promoción con los consulados e instituciones culturales internacionales, a fin de que no terminen enmoheciéndose en los hangares.
- La programación cultural de las embajadas es una prioridad en países cuyo crecimiento es directamente proporcional a los resultados de las pruebas PISA y no a las torres de concreto y cristal, porque porque esos países sí apuestan por la cultura como parte del bienestar social. Las misiones diplomáticas deben cumplir un rol de promover la literatura y las artes panameñas en el exterior.
Corresponderá al gobierno actual determinar si escuchar a los actores principales que entienden la realidad cultural del país, o si seguir su propio libro. Amanecerá y veremos.
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