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El diablo es una figura llamativa, que infunde temor. El personaje aparece dentro de un llamativo y colorido juego con los congos. Conoce más en esta nota.
Dentro de la cultura congo, declarada recientemente patrimonio inmaterial de la humanidad, por la Unesco, existe un ritual muy especial: El juego de diablos y congos.
Se trata de una lucha entre el bien y el mal que ha sido representada por más de 500 años (desde la época de la Colonia) y hoy se conoce como la Danza del Diablo Congo. Una recreación cultural que rememora la lucha, resistencia y liberación del yugo español, por los pueblos esclavos de África hace varios siglos atrás.
Cuenta Leticia Levi, investigadora cultural del Proyecto de Salvaguardia de la Cultura Congo, que "la danza de diablos y congo nace de una dramatización congal, donde es juzgada la conducta del opresor, que viene siendo el español, el cual infringía mucho castigo a los esclavos".
Según la historia, muchos esclavos (cimarrones) se sublevaron y huyeron a los denominados palenques o comunidades donde se refugiaban. Hoy, "los palenques son una recreación de esos sucesos que sufrieron nuestros antepasados", manifiesta Levi.
En esa realidad, los negros fueron haciendo grupos para entretenerse, ambientes para sentirse dentro de su población. "Crearon un grupo congo, que a la vez sirvió para que pudieran distraerse y mofarse de los jefes españoles con toques históricos, sonidos que viajaban a distancia y se comunicaban entre poblaciones para que los españoles no pudieran entender lo que estaban haciendo", rememora Michael Phillips, líder de Mil Máscaras Crew. Detalla que los congos utillizaban los vestuarios que les donaban los jefes, los rasgaban y se los ponían al revés; además, se pintaban el rostro con carbón. Todo esto para mofarse de sus amos esclavizadores.
Y también idearon el personaje del diablo, para representar el mal. "La representación del diablo la trasladaron hacia los que los oprimían, los esclavizaban... y en este sentido, el diablo es el español", resalta Emma Gómez, coordinadora del Proyecto de Salvaguardia del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), quien lideró la inscripción de la candidatura de la cultura congo ante la Unesco.
De esa forma nació la Danza del Diablo Congo, que en la actualidad es una dramatización de la lucha de nuestros antepasados africanos. "En cuanto a la danza del Diablo Congo, es el medio a través el cual, el danzante o ejecutante busca representar una serie de eventos o sucesos ocurridos a través de vivencias de la comunidad Congo", manifiesta Luis Antonio Valencia, estudiante de Folklore en el Centro de Estudios Superiores de Bellas Artes y Folklore de Colón-INAC, quien desde hace 7 años realiza una investigación sobre el diablo congo.
Durante el desarrollo de la danza, el diablo realiza una serie de movimientos corporales por medio de los cuales busca demostrar su poder sobre los congos y a la vez poder llevarse un miembro o participante de esta comunidad, para así realizar la representación de la lucha entre el bien y el mal. "Con unos gemidos, saltos, brincos al ritmo del tambor y latigazos, el diablo congo busca llevarse un alma (el de la minina o princesa) para imponer su poder; mientras que la reina conga siempre se lo impide", agrega Valencia.
El diablo dentro de la cultura congo
El diablo es una figura llamativa, que infunde temor. No se trata de un personaje satánico, sino de la representación del mal. "El diablo es el símbolo de todo lo malo, ese amo blanco esclavista que azotaba y maltrataba a todos los negros esclavizados", indica Valencia.
"Hoy por hoy, este personaje se ve representado de muchas formas y animaciones, por su plasticidad con variaciones, y dentro de la dinámica del folklore que va cambiando en todo momento. Sin embargo, un elemento que se mantiene dentro de su importancia es su representación simbólica de la maldad o lo malo del hombre", resalta el estudioso.
Los diablos, por lo general, son parte de un palenque y cuando viene la temporada congo (que se extiende desde el Día de San Sebastián, el 20 de enero, hasta el Miércoles de Ceniza), ellos representan, junto con los congos, las fiestas. "Al final aceptan ser bautizados, ceden su poder, se quitan la máscara, le muestran reverencia al Santísimo y ya no deben aparecer hasta la próxima temporada”, detalla Emma Gómez. Sin embargo, agrega que en la actualidad los diablos se están formando como grupos independientes, fuera del palenque (especialmente en ciudad de Colón y parte de Portobelo hacia afuera), lo cual, a su parecer, puede distorsionar la tradición.
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La figura del diablo mayor
Existe una figura principal en el diablo, que los pueblos catalogan como el diablo mayor. "Es el diablo de más antiguedad, de más recorrido y más tiempo en la actividad", dice Phillips. "Cuando él aparece, al inicio de la temporada, los demás diablos se mantienen fuera del área". El diablo mayor llega al palenque, lo recorre y se retira, y es en ese momento que sale el resto del grupo de los diablos a participar de la actividad.
"El diablo mayor tiene un baile, el Diablo Tun Tun. Al escuchar esa tonada específica que producen los congos con los tambores, tiene que hacer presencia, llegar a los palenques, jugar, desplazarse y estar brincando con una actividad totalmente superior para mostrar su poderío; pero la reina y el rey congo tienen la obligacion de evitar que él accese a la minina, que va a estar detrás de ellos dos, para efecto de que el diablo no la robe y que no se dé la cancelación del toque".
Dagoberto Romero, de 56 años, es el diablo mayor de Nombre de Dios, en Costa Arriba. Para él la experiencia ha sido "algo bonito", porque desde niño, en su familia (donde la mayoría de los miembros son diablos), le inculcaron esta tradición. "Vengo jugando diablo desde los 4 años, así que crecí con eso", cuenta.
Recalca que el diablo mayor no tiene que llevar tantas cosas en su vestimenta, sino que lo fundamental es su habilidad para hacer los movimientos y pujidos, cualidades por las cuales es elegido como tal. "El diablo no es nada más máscara", insiste.
Evolución de la figura del mal
En su investiagación, Valencia ha podido observar algunos elementos importantes o reveladores sobre el comportamiento y evolución de la figura:
- Actualmente, los diablos salen a desfilar en calles y pueblos, sobre todo en la ciudad de Colón. Por otro lado, los mismos no siguen un patrón tradicional, es decir, que no están guiados por el mandato de una reina, ya que no pertenecen a ningún palenque (comunidad, estructura física o agrupación de congos).
- Al trascurrir el tiempo, las nuevas generaciones de diablos han dejado de jugar y realizar dramas con los congos, hecho que se hace muy notorio en cada temporada.
- El drama o juego congo finaliza con el bautizo de los diablos el Miércoles de Ceniza, que da inicio a la correspondiente Cuaresma, evento que no es respetado por los actuales diablos que se disfrazan después hasta el domingo carnavalito.
- Los diablos en la ciudad de Colón, están organizados como crews, y no como congos miembros de un palenque, los mismos utilizan nombres propios y en miras a organizase como agrupaciones solo de diablos.
- Un hecho revelador que también pude observar, son las horas en que este personaje hace su aparición. Antes, su salida era en horas del mediodía hasta las seis de la tarde, en la actualidad el mismo sale mucho más tarde y se retira pasada las 10 de la noche.
- En cada temporada, las máscaras están perdiendo la esencia tradicional del diablo congo, la cual consistía en mantener en su estructura la figura humana, ya que era parte de ese juego simbólico (amo blanco). Hoy día la plasticidad, la creatividad e innovaciones de este hecho foklorico, han llevado al mismo a realizar múltiples cambios en la diversidad o variedad de las máscaras.
- El diablo ya no asume sus responsabilidades, la cual consistía, en estar pendiente fuera del palenque, porque cuando él mismo entra, se forma todo un drama o escándalo. El diablo siempre trata de estar en todos los eventos de los congos, para robar almas; sin embargo, en nuestras observaciones no encontramos ningún diablo fuera de un palenque en la ciudad de Colón.
- Del 50 al 70% de los participantes solo son danzantes o artesanos, es decir, no son congos, por consiguiente, su motivación o nuevas propuestas en la indumentaria hacen que utilicen nuevos colores, en la confección de sus máscaras, vestidos y accesorios con innovadores personajes diabólicos, monstruos entre otros, perdiendo así la esencia.
- Un aspecto importante que pude observar es la pérdida del valor de la identidad, como parte de este hecho folclórico (ser congo), ya que, en efecto, no se puede mantener la esencia, si no tienes ese sentir. Actualmente existe una población en la ciudad de Colón, de un 30 a 40%, que no se siente en su totalidad identificado con la cultura congo. Por consiguiente, los nuevos diablos o artesanos solo dejan volar su creatividad artística sin importar la esencia tradicional de este personaje.
Frente a esto, Gómez señala que es importante tomar las medidas pertinentes, como más capacitación, para evitar distorsiones que perjudiquen la cultura.
Otros personajes del baile de diablos y congos
Así como el diablo, existen también otros personajes en esta erótica y colorida recreación, que rememora la rebeldía de los negros cimarrones que huyeron a los palenques, contra la esclavitud y el comercio negro durante la época de la Colonia.
Alonso Pacheco, rey congo del grupo Nengre Congo de Colón, cuyos ascendientes (de raíces africanas y colombianas) han pertenecido a la corte congo, menciona las principales figuras de la misma:
La reina (“María Merced” o “Mercedes”) . Es la suprema, la máxima autoridad. Se distigue por llevar su corona con adornos y una cruz grande, para proteger a su comunidad del diablo. Su vestuario es una pollera congo.
El rey (“Juan de Dioso o “Juan de Dios”). Es el segundo, acoplado y apoya lo que dice la reina, aunque no le guste. Lleva también una corona de cartón, decorada con tela, lazos, espejos y simulación de piedras.
La fabiana. La segunda reina. En caso de que la reina no esté, ella toma la autoridad.
Las mininas. Son las hijas de la reina, son dos. Dentro de la danza, el diablo buscará llevarse a una de ellas para mostrar su poderío.
El pajarito. Es el mensajero de la reina. Un desliz que tuvo la reina con Capitán Papeles (uno de los que viene en el barco holandés junto a su esposa). Lleva una corona de cartón terminada en plumas para mostrar su condición de ave. Además, se pinta la cara de acuerdo con los tonos de su traje.
Este personaje, de sangre holandesa y congo, es el único que muere entre los negros, porque él fue quien vendió a los negros.
Utiliza un silvato para anunciarle a la reina que hizo su deseo y hacer un llamado de avance a los congos.
Después vienen otros personajes como el horasquín de monte, el hijo predilecto de la reina. Tuvo muchas enfermedades, por lo que es el preferido y más cuidado por su madre. Él se fue al monte y puede salir, cuando oye el tambor, para ver a la mamá. Viste como el pajarito.
El apurusio, un personaje que sale con su máscara, y los congos salen huyendo porque no lo conocen, es como si fuera una sombra.
Además de la corte real y los diablos, el ritual consta de tres percusionistas y un coro de mujeres (cantalantes), así como una multitud de bailarines y bailarinas congo.
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