Mar, 08/10/2021 - 11:19
- Salud
El dolor o angina de pecho es el signo más común. Sin embargo, en ocasiones, el dolor también puede asemejarse a un malestar estomacal, a un ardor en la región superior del abdomen o a indigestión, provocando que los pacientes pasen por alto estos síntomas y terminen padeciendo un ataque al corazón.
Los síntomas de un ataque cardiaco (infarto) no suelen ser iguales entre las personas, algunos se presentan repentinamente, mientras que otros pueden comenzar de forma leve, desde horas, días o hasta semanas antes de que se dé el infarto.
Si bien, el dolor de pecho o la angina es el signo más común entre hombres y mujeres, existen otros que se manifiestan más en las personas del género femenino como la dificultad para respirar, las náuseas o los vómitos, la sudoración y el dolor de espalda o de mandíbula.
El dolor tipo angina suele presentarse en el centro o al lado izquierdo del pecho, de forma intermitente o durando unos minutos, y puede extenderse al brazo, hombro, a la espalda o al cuello. Sin embargo, en ocasiones, el dolor también puede asemejarse a un malestar estomacal (acidez), a un ardor en la región superior del abdomen o a indigestión, provocando que los pacientes -incluyendo las mujeres- pasen por alto estos síntomas y terminen padeciendo un ataque al corazón.
De acuerdo con el doctor Carlos Cano, gerente médico de Pfizer para Centroamérica y el Caribe (CAC), un infarto surge cuando de repente se obstruye el flujo sanguíneo que llega a una parte del músculo cardiaco y el corazón ya no puede oxigenarse. “La mayoría de las personas asocian los infartos con los hombres; sin embargo, este y otro tipo de enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte entre mujeres y hombres, en todo el mundo. Por eso, desde Pfizer, queremos concientizar a la población sobre la importancia de reaccionar de inmediato ante las primeras alertas de un ataque cardiaco, ya que esta previsión puede limitar el daño que sufrirá el corazón y salvarles la vida”.
Otros signos de ataques al corazón incluyen dificultad para dormir, falta de energía y hasta cansancio. Si la persona presenta una mezcla de síntomas y, además, alguno dura cinco minutos o más, es importante acudir al médico de inmediato. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en la mayoría de los países de América; específicamente, en el año 2019 fallecieron cerca de 1.9 millones de personas.
Otras estadísticas importantes señalan que las mujeres tienen hasta un 50% de probabilidades de fallecer debido a su primer infarto versus los hombres (30%). De acuerdo con la OPS, el 80% de los ataques cardiacos son prevenibles y el riesgo de padecer un infarto disminuye en un 50% al año que se deja de fumar.
Cabe destacar que algunos pacientes no presentan síntomas, lo que desencadena un infarto silencioso, este es especialmente frecuente en personas de edad avanzada, mujeres y diabéticos, mientras otros que ya padecieron la enfermedad, no necesariamente experimentarán los mismos signos en caso de un segundo ataque cardiaco.
¿Por qué suceden los infartos?
El 90% de los ataques al corazón suceden por factores de riesgo clásicos como la hipertensión, los elevados niveles de colesterol en sangre, el consumo de tabaco, la obesidad y diabetes. Sin embargo, estos factores son modificables y eso implica que sus efectos se pueden prevenir.
Existen otros factores que no se pueden controlar como los antecedentes familiares de enfermedades prematuras del corazón y la preclamsia en embarazadas. Asimismo, destaca la edad; específicamente, los hombres tienen más riesgo de sufrir un infarto u otra ECV después de los 45 años, mientras que en las mujeres hay más posibilidad a partir de los 55 años o luego de la menopausia.
Uno o varios de estos factores pueden provocar una enfermedad coronaria -que normalmente desencadena la mayoría de los ataques cardiacos-, la cual surge por una acumulación de grasa denominada “placa”, que obstruye o estrecha significativamente una arteria del corazón y puede provocar ateroesclerosis.
Los infartos también pueden asociarse con problemas graves de salud como la insuficiencia cardiaca y las arritmias. La primera consiste en una enfermedad en la que el corazón no bombea suficiente sangre, para ayudar a las necesidades del organismo, mientras que las arritmias son latidos irregulares.
Una causa menos común es el espasmo intenso de una arteria, que interrumpe el flujo sanguíneo a través de esta.
¿Cómo cuidarse ante un ataque cardiaco?
Sin importar si es hombre o mujer, recibir atención en los primeros 60 minutos de un infarto (“hora dorada”) es fundamental para sobrevivir. Generalmente, algunos tratamientos como el uso de la aspirina para retrasar la coagulación de la sangre, de la nitroglicerina para mejorar el flujo sanguíneo, así como de medicamentos para el dolor de pecho son prescritos rápidamente por el médico tratante, en caso de sospecha e inclusive antes del diagnóstico final.
Confirmado el diagnóstico -a través de un electrocardiograma, pruebas de sangre o una angiografía coronaria-, el paciente deberá comenzar su tratamiento para restablecer el flujo de la sangre al músculo cardiaco, normalizar su pulso y facilitar la recuperación del corazón. “Dependiendo del caso, la persona podría recibir un medicamento trombolítico o someterse a una angioplastia coronaria, así como a la colocación de un stent o un bypass. Se ha comprobado que los fármacos trombolíticos elevan las tasas de supervivencia en personas que han padecido un ataque cardiaco, al administrarlos lo más rápido posible después del infarto”, acotó el doctor Carlos Cano.
Adicionalmente, existen algunos consejos de los especialistas para prevenir un ataque al corazón. Uno de ellos es programar una cita con el médico tratante para conocer si se tiene riesgo de padecer una ECV.
Llevar una dieta balanceada rica en vegetales, frutas, lácteos bajos en grasa, carnes magras, nueces y legumbres, así como limitar el consumo de grasas saturadas y trans, bebidas alcohólicas, sodio y azúcares es otra de las recomendaciones.
También, destacan el dejar de fumar, practicar ejercicio físico, mantener el control de los niveles de colesterol y de la presión arterial, así como del peso, la diabetes y el estrés.
“La pandemia por COVID-19 nos llevó a cambiar hábitos y tanto las medidas de aislamiento como de distanciamiento social, también influyeron en la disminución de visitas al médico y consultas. Tan es así que, según la Federación Mundial del Corazón, la cantidad de personas que padecieron un infarto en sus casas incrementó en un 58%, en el último año, a nivel global. Como una empresa enfocada en la calidad de vida del paciente, Pfizer insta a las personas a estar alertas ante eventuales síntomas de un infarto, a pedir ayuda en el momento necesario y a seguir al pie de la letra sus tratamientos, así como los consejos indicados, para evitar que la afección empeore”, concluyó.
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