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La 'Alimentación consciente' se basa en la práctica de la meditación, pero guiada a mejorar los hábitos alimenticios, utilizando nuestra atención plena que nos ayude a reconocer nuestros niveles de hambre, saciedad, emociones, señales físicas, sensaciones y más.
En los últimos años, la tendencia del Mindful Eating ha tomado gran auge en otros países; en el nuestro apenas comienza a llamar la atención de muchos quienes probablemente han intentado otras alternativas para controlar su ingesta de alimentos y tener mejor salud y estilo de vida.
Esta tendencia también llamada “Alimentación consciente” se basa en la práctica de la meditación, pero guiada a mejorar los hábitos alimenticios, utilizando nuestra atención plena que nos ayude a reconocer nuestros niveles de hambre, saciedad, emociones, señales físicas, sensaciones y más; de modo que nos sea posible tener mayor autocontrol, lo que nos puede llevar a sentirnos mejor, controlar antojos e incluso se podría tener una pérdida de peso.
En esencia, la alimentación consiente busca disminuir un poco la prisa que usualmente tenemos en nuestro día a día, al comer, ya que esto no nos permite tener el tiempo y espacio de disfrutar lo que comemos e incluso analizar si lo que comemos es o no adecuado para nuestra salud.
"Dale a la alimentación la importancia que se merece", pues, aunque es una acción sobre entendida para muchos, se ha convertido en algo muy mecánico, en donde ya no llega a interesar si comemos de pie, acostados, mientras manejamos y muchos otros escenarios que pueden interferir en nuestra saciedad o plenitud. Y es que, por ejemplo, al comer muy rápido (como solemos hacer por falta de tiempo) o distraídos (ejemplo contestando una llamada), las señales de saciedad que se deben dar entre nuestro estómago y cerebro se ven afectadas, entonces podemos llegar a sentirnos satisfechos solo después de haber comido demasiado.
Son aspectos muy sencillos que casi no se toman en cuenta, pero a la hora de buscar salud, estos pequeños puntos cuentan.
Consejos prácticos de la alimentación consiente:
- Procura estar pendiente de tus sensaciones de hambre fisiológica, esa que se presenta con ruidos estomacales, dolor de cabeza o fatiga. También debemos estar más consientes cuando estamos satisfechos (no estamos vacíos, pero tampoco repletos, simplemente estamos satisfechos con lo que hemos comido), pues no es necesario que comas más si ya tu hambre ha sido saciada efectivamente, lo que te ayudará a reconocer el momento adecuado para detenerte.
- Come despacio y sin distracciones como la televisión o el celular con las redes sociales o incluso la computadora del trabajo. Date el tiempo y el espacio para ingerir tus alimentos y disfrutarlos.
- Conecta tus sentidos: involucra tu olfato, la vista, el sonido de los alimentos cuando los masticas, los aromas, e incluso sus texturas, aprécialos y disfruta en la variedad.
- Mantén una perspectiva de salud y nutrición, con la que seas anuente de tus elecciones de alimentos porque te brindan nutrientes y te hacen sentir bien y estar bien, alejándonos del concepto de pocas calorías o poca cantidad, sino elecciones a conciencia.
Sin duda, estos aspectos pueden hacer una gran diferencia en nuestra relación con la comida, procurando apreciar más el momento de comer y siendo conscientes del valor de los alimentos para promover nuestra salud.
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