Jue, 09/10/2020 - 13:08
- Salud
El inyectable, que se desarrolla en conjunto con la Universidad de Oxford, está entre las más avanzadas de los cientos de candidatas que se investigan, pero ahora que debe ponerse en pausa el impacto a nivel mundial no se hizo esperar.
El anuncio realizado por Astrazeneca de parar las pruebas de la vacuna contra la COVID-19, al detectarse una enfermedad en uno de sus voluntarios, generó recelo a nivel mundial, especialmente en América, donde el nuevo coronavirus ha dejado un saldo de 489.000 muertes mientras el mundo ya suma más de 27,6 millones de casos.
Los ensayos clínicos realizados por la farmacéutica ya mostraban avances luego de iniciar la fase 3, a finales de agosto, pero el revés sufrido este martes, 8 de septiembre, del que se hizo eco a través de un comunicado en el que explicaba que uno los participantes sufre "una enfermedad potencialmente inexplicable", prendió las alarmas de la sospecha.
Ante la situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido mesura ante el afán por obtener ya una vacuna que termine con la pesadilla que ha afectado al mundo y que registra 900.000 fallecimientos.
La jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan, advirtió que no espera que las posibles vacunas contra la COVID-19 estén disponibles para la población general antes de dos años, aunque los primeros grupos de riesgo podrían ser inmunizados a mediados de 2021.
Entre el recelo, la seguridad y los resultados
El hecho de que Astrazeneca informara del impase que surgió con uno de sus voluntarios en Reino Unido, hizo que también explicara que estos sucesos hacen parte de los ensayos de la vacuna contra la COVID-19.
"Esta es una acción de rutina que sucede siempre" que se produce una situación similar mientras se investiga, indicó un portavoz de la empresa sueco-británica, quien dijo que se "está trabajando para acelerar la revisión de ese incidente único con el objetivo de minimizar cualquier impacto potencial en los planes del ensayo".
La vacuna que se desarrolla en conjunto con la Universidad de Oxford, está entre las más avanzadas de los cientos de candidatas que se investigan, pero ahora que debe ponerse en pausa el impacto a nivel mundial no se hizo esperar.
Algunos científicos piden que se deje atrás el temor y se continúe avanzando para mostrar resultados eficientes, al tiempo que la OMS señaló que la seguridad en su desarrollo es primordial.
En EE.UU. nueve farmacéuticas firmaron un compromiso para "garantizar" y "priorizar" la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas, en un intento de despejar los posibles recelos de que quienes ven que la prisa por lograr un fármaco lo antes posible pueda conducir a la relajación de los estándares científicos.
Vacuna rusa y china siguen sus pruebas
En contraste con lo ocurrido en Reino Unido, América Latina acoge a varias farmacéuticas para las pruebas de sus posibles vacunas y en el caso de la rusa Sputnik V esta toma fuerza en Brasil donde también será probada en Bahía (noreste).
Además, el Gobierno regional del estado de Paraná (sur), fronterizo con Argentina y Paraguay, aguarda el permiso de las autoridades sanitarias para comenzar a experimentar en humanos la misma vacuna rusa.
Actualmente en Brasil, uno de los tres países más afectados por la pandemia, se hacen pruebas con las vacunas que han desarrollado la multinacional Johnson & Johnson, el Reino Unido (AstraZeneca y Universidad de Oxford), China (Sinovac Biotech) y el consorcio BioNTech (Alemania) y Wyeth/Pfizer (Estados Unidos).
Así mismo, en Perú unas veinte personas comenzaron a recibir las primeras dosis de la desarrollada por el laboratorio chino Sinopharm, en el inicio del primer programa de prueba masiva contra el virus en el país.
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