Jue, 01/23/2020 - 13:04
- Mente y Cuerpo
Te quiero hablar de los grandes cambios que puedes hacer en tu vocabulario para mejorar la forma en la que nos expresamos en el día a día y que la comunicación con los demás sea mucho más asertiva.
No hay mejor manera de empezar el año que haciendo cambios positivos en nosotras para poder crecer de una mejor manera, de una forma diferente. En esta ocasión te quiero hablar de los grandes cambios que puedes hacer en tu vocabulario para mejorar la forma en la que nos expresamos en el día a día y que la comunicación con los demás sea mucho más asertiva. El objetivo es que logres decir lo que realmente sientes y que lo digas de una manera en que la otra persona se sienta bien con el mensaje y entienda a plenitud lo que quieres decir.
La primera frase que he notado que se repite mucho es “daré mi humilde opinión”, esta frase en sí hace que en cierto modo nos minimicemos y, ¿esa es realmente la idea? Podemos sustituir esta frase por una mejor como: “diré lo que pienso yo” sin hacernos ver como menos.
Otra frase que podemos cambiar es “perdón por molestarte, pero necesito de tu ayuda”. La verdad es que no suena tan bien y quizá no expresa exactamente aquello que queremos comunicar, por eso podemos cambiarla por “tenía una pregunta, me gustaría mucho que me ayudaras”, si ves esta frase no minimiza tu necesidad y hace entender a la otra persona lo que realmente estás necesitando.
Una frase que decimos mucho es “está bien” cuando realmente no todo está bien y no decimos lo que realmente queremos, lo disfrazamos porque es “mejor” en el momento no decir lo que realmente queríamos decir, pero ¿a largo plazo esto nos hace bien? No usemos esta frase a menos que en realidad sientas que todo está bien en ese momento.
Otro error que normalmente cometemos es pedir perdón por lo que estamos sintiendo. Por ejemplo: “perdón por llorar” “perdón, me emocioné” por temor a que a la otra persona le haya molestado nuestra emoción. Es mejor cambiar estas frases por simplemente nombrar la emoción que estamos sintiendo para poder validarla y no verla como un error, esto hace que a la vez estemos practicando la autocompasión en nuestras conversaciones.
Al hacernos más conscientes de cómo comunicamos nuestras necesidades a las demás personas podemos ser más autocompasivos y practicar la asertividad con las demás personas.
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