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La parte frontal de tu vivienda es la carta de presentación de la misma. Descubre algunos tips para tener en cuenta antes de pintarla como un profesional.
La fachada de la casa es la cara de la misma, la que le da la bienvenida a los visitantes, de allí que sea muy importante mantenerla en buen estado para que hable bien del resto de tu hogar.
Antes de intervenir las fachadas de nuestros hogares es importante saber que es necesario eliminar de ellas toda suciedad y deterioro sufrido por las inclemencias del tiempo. Para esto debemos seguir los siguientes pasos:
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Asegurarnos de retirar todos aquellos objetos que estén cerca de la fachada, incluyendo maceteros, artesanías y colgadores, entre otros.
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Forrar con tape o papel periódico aquellas superficies que no se van a pintar.
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Lijar las superficies que presenten granos de arena o pintura seca.
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Reparar y aplicar masilla o yeso en todos los orificios, grietas y fisuras que presente la pared.
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Limpiar todo resto de polvo, moho, grasa o suciedad. Preferible lavar la pared con una manguera y cepillar con escoba o cepillo de cerdas suaves.
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Delimitar con tape de pintor las zonas con diferentes colores.
Una vez realizados los preparativos de nuestras paredes exteriores podemos dar inicio al cambio.
Es importante recordar que las fachadas siempre están expuestas a las inclemencias del tiempo como el sol, la lluvia, el viento y factores como la contaminación que ayudan a la aceleración y el deterioro de las superficies, por esta razón es necesario conseguir una pintura de excelente calidad para evitar desgaste en poco tiempo de su aplicación. Recuerda que la pintura juega una función decorativa y es la primera impresión de nuestra casa ante el público.
Como un profesional...
- Efecto de la luz: para minimizar este impacto visual es necesario que antes de pintar hagamos una prueba de color. Apreciar la tonalidad en la mañana, tarde y noche nos permitirá ver cómo se comporta el color dependiendo de la hora del día ya que muchos colores en el exterior tienden a adquirir tonos más alto de lo que son y esto puede causar un choque visual.
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La exposición solar: la manera como se comporta el color ante el contacto con el sol nos indicará el índice de reflexión solar que tiene esa pintura. Es recomendable que la pintura tenga una alta exposición al sol. Al aplicar tonos claros de base nos aseguramos de alargar la vida de la pintura.
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La textura: las texturas en la fachada son un factor muy relevante ya que alteran la apariencia del color, tendiendo a oscurecerlo debido a los efectos de luz y sombra. Por tal razón, se aconseja realizar una prueba antes de la aplicación final. Ellas van desde los texturizados y salpicados hasta llaneados profundos, y se llevan muy bien con la aplicación de colores.
Es necesario recordar que debemos dar, según la calidad de pintura, dos manos de capa a la superficie. Siempre hay que leer las instrucciones de las pinturas para evitar accidentes, comprar las herramientas necesarias para realizar el trabajo y buscar pinturas de calidad ya que estas ayudarán a que el deterioro de la superficie no sea tan próximo a su aplicación.
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