
Todos lo sabemos. Por más de que amemos nuestro trabajo, la verdad es que hay veces en las cuales la rutina puede traspasarnos y partirnos al medio. Allí comienza la pereza a asomarse y volverse nuestra peor enemiga.
Pero aquí nuestra regla de tres para continuar motivada y tan eficiente como el día 1. ¡Buena jornada!
1. Personaliza tu puesto de trabajo: aunque no lo creas, el ambiente en el que trabajas influye mucho, por eso, te recomendamos personalizar tu puesto con cosas que te hagan sentir cómoda. ¡Nosotras optamos por aromatizantes, y algunas plantas en miniatura como el áloe vera y el bambú!
2. Presta atención a la ergonomía: por ‘ergonomía’ se entiende la posición corporal en la que te encuentras cuando laboras. Cada tanto recuerda pararte, dar una vuelta y estirar tu espalda y piernas. ¡Asegúrate de tener una silla cómoda!
3. Practica técnicas de relajación a través de la respiración: quizás no le prestes atención a tu respiración, pero ella tiene el poder de tranquilizarte y volver tu cuerpo al balance que necesitas, así que cuando algo te abrume, separa algunos minutos para poder respirar hondo. Súmales a estos algunos ejercicios corporales de relajación.
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