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Hablar hoy de una tendencia con el sufijo core es habitual.
Decir que las tres últimas décadas del siglo pasado fueron de las que más marcaron la moda es un hecho irrefutable. A los años 70 les debemos los vestidos adlib y las tendencias más bohemias; a los 80's, la extravagancia, y a los años 90, el fondo de armario imprescindible con básicos minimalistas. Cuando el cambio de siglo llegó, los patrones que reinaban por entonces dieron un giro de 180 grados hacia el maximalismo y los estilismos de las expertas se llenaron inmediatamente de prendas llamativas que recordaban a la infancia, con la vestimenta más característica de cuando éramos niñas.
En la moda de principios de los años 2000 imperaban las prendas con dibujos de personajes animados de televisión, como Las Supernenas o Pucca, el chándal rosa de terciopelo, los chokers negros de alambre, los bolsos de asa corta, las zapatillas brutalistas, las chaquetas de corte torero o los pantalones estampados, entre otras muchas corrientes. Iconos del momento, entre las que no faltan Britney Spears, Hilary Duff o Paris Hilton, abanderaron el que sería el nuevo estilo dosmilero, convirtiendo sus fotografías en la inspiración de las carpetas escolares forradas en plástico.
Fue también en esa época cuando los usuarios de Internet comenzaban a familiarizarse con las primeras redes sociales. Plataformas ya extintas, como Lookbook o Fotolog, se postularon como los primeros referentes de lo que hoy se conoce como core, término que define a las 'tendencias nicho' virales que nacen en redes sociales y se enfocan en una sola estética.
Hablar hoy de una tendencia con el sufijo core es habitual. Desde que el Balletcore desplegó sus primeras apariciones sobre pasarelas de moda, gracias a firmas como Dior o Giambattista Valli, para instaurarnos la necesidad de vestir como bailarinas de ballet, no han dejado de proliferar nuevos nombres que designan las estéticas a seguir en el universo de las tendencias. Los Bridgerton trajeron consigo el Regencycore, una mirada al siglo XIX que recuperó los cortes clásicos propios de la moda de la regencia inglesa. Por su parte, el Cottagecore, que se popularizó en TikTok, llegó para poner en valor el romanticismo de la ropa campestre, pero ahora son las estéticas 'Y2K' (de los años 2000) las que predominan entre los cores que obsesionan al mundo digital.
Como si de la película Chicas malas se tratara, pero también como si quisiéramos imitar cualquier look de Bella Hadid, Dua Lipa, Megan Fox o de Olivia Rodrigo. Ya se puede afirmar que las tendencias que despuntaron a principios de este siglo están en auge. Cuando salieron a la luz las primeras imágenes de la nueva película de Barbie, protagonizada por Margot Robbie, se estaba confirmando la primera de las corrientes de moda que confirmarían la sospecha: el Barbiecore.
La fiebre rosa ha subido el termómetro de la moda, anticipando que la estética propia de la muñeca más famosa del mundo sería la primera fuente de inspiración sacada de los años 2000 que adaptaríamos a nuestro vestuario. Ni la película ni sus reputadas personalidades fueron las únicas responsables de hacer eco de esta tendencia. Antes, algunas grandes firmas de lujo tuvieron parte de culpa; especialmente Valentino. La firma capitaneada por Pierpaolo Piccioli lanzó Valentino Pink PP a principios de este año, una línea bañada de fucsia que cuenta con grandes referentes de moda como imagen de campaña, como la influyente actriz Zendaya, además de haber vestido a una infinidad modelos y artistas de la talla de Elsa Hosk sobre la alfombra roja.
Si este guiño infantil resultó uno de los más sonados del 2022, otros como la apuesta por el Kidcore también tuvieron gran éxito. Los collares de abalorios y el retorno del peto o mono fueron los primeros avisos, pero por encima de ambos destacan los dibujos animados grabados en la ropa, que están siendo uno de los fenómenos más repetidos del momento. Tomando la moda coreana por bandera, pero también ya la europea, personajes como Minnie, Snoopy o Hello Kitty han hecho su entrada triunfal y ciertamente inesperada en los estilismos de las que más saben de moda.
En la última edición de la Semana de la Moda de Copenhague, donde se presentaron las colecciones de la próxima temporada de Primavera/Verano 2023, la marca Soulland lo confirmó. En su llegada al desfile, muchas de sus invitadas VIP lucieron prendas en las que Hello Kitty se plantó como protagonista, llevando la imagen de la archiconocida gatita impresa tanto en vestidos como en conjuntos de dos piezas. Como era de esperarse, esta lección ya ha cruzado fronteras y se encuentra ahora en los looks diarios de las influencers del momento, quienes, más allá de apostar por el lujo, encuentran también en las firmas asequibles sus prendas de Hello Kitty.
El desbordamiento de las tendencias de principios de siglo ha arrasado en todas las esferas. Las referencias históricas a esta época son continuas, pero si hay una que se declara oficialmente como la más vista, es la de la pasión por los estampados y las siluetas de mariposas. Son parte de llamado Fairycore o la fusión de ciertos elementos mitológicos con la naturaleza en la moda. En su día, artistas y personalidades mediáticas, como Salma Hayek o Mariah Carey, las lucieron sobre las alfombras rojas en más de una oportunidad y ahora son las modelos del momento quienes indican con sus looks que las mariposas vuelven por todo lo alto.
También lo hizo Chanel en la presentación de su desfile prêt-à-porter de Primavera/Verano 2022, bautizada como Flight of the butterflies, al igual que el sello italiano Blumarine en su serie de la misma temporada. Incluso marcas asequibles, entre las que resalta Zara, han lanzado reinterpretaciones de estos tops con forma de mariposa y adornados lentejuelas que sin duda podrían formar parte del armario dosmilero de Christina Aguilera o Cher.
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