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En el último siglo la temperatura global ha subido 1,1 grados respecto a la época preindustrial (1850-1900). Los expertos avisan de que aumentará 2,8 grados si no mejoran los actuales compromisos de reducción de emisiones.
El último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) revela que este fenómeno avanza cada vez con mayor rapidez e intensidad y que los impactos y riesgos se están apreciando antes de tiempo.
El documento, elaborado por 93 autores, cobra especial importancia por ser el primero enmarcado en los compromisos del Acuerdo de París (2016). Y, aunque el tiempo apremia, parece que aún se puede alcanzar la meta de no superar los 1,5 grados de aumento de la temperatura global.
¿Cómo? Poniendo marcha algunas medidas de forma urgente. La primera de ellas, la de reducir a la mitad las emisiones de carbono de aquí a 2030.
También apunta a los combustibles fósiles: se propone impedir que se concedan nuevas licencias para explotar este tipo de recursos. La infraestructura existente en la actualidad es ya excesiva y el IPCC apuesta por abandonarlos progresivamente.
Su documento hace énfasis en la equidad y la inclusión social, y señala que hay que aumentar la inversión para mitigar los efectos del cambio climático y aunar esfuerzos para cubrir las necesidades de las sociedades con menor responsabilidad en la crisis climática.
Problemas
1. El calentamiento global promedio, camino de los 3 grados
En el último siglo la temperatura global ha subido 1,1 grados respecto a la época preindustrial (1850-1900). Los expertos avisan de que aumentará 2,8 grados si no mejoran los actuales compromisos de reducción de emisiones.
¿Qué pasaría si siguiera aumentando? Con una subida de 1,2 grados muchos ecosistemas ya están en alto riesgo de desaparecer: bosques, arrecifes de coral, vida marina… También mueren más personas debido a las olas de calor.
Si se alcanzan los 1,5 grados -nivel que el Acuerdo de París recomienda no superar, y que en todo caso no se sobrepasen los 2 grados-, se registrarán todavía más olas de calor, lluvias extremas, inundaciones, ciclones tropicales o incendios.
El informe afirma que limitar el calentamiento global a 1,5 grados en lugar de a 2 conseguirá, al menos, que el impacto en los ecosistemas terrestres y marinos sea inferior: un calentamiento de entre 2ºC y 3ºC haría que las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida se perdieran casi por completo de forma irreversible.
2. Efectos cada vez más visibles
El calentamiento global tendrá un efecto en cascada por el que incrementarán las catástrofes naturales -olas de calor, lluvias torrenciales, incendios…-, y eso hará que haya más muertes por altas temperaturas y más enfermedades contagiosas.
A ello hay que sumar la pérdida de biodiversidad y el descenso de la producción agrícola en algunas regiones. De hecho, entre 2010 y 2020, la mortalidad por inundaciones, sequías y tormentas fue 15 veces mayor en las regiones altamente vulnerables, en comparación con las regiones de muy baja vulnerabilidad.
El informe del IPCC también advierte de que la subida del nivel del mar, uno de los efectos del calentamiento global y posible fuente de desastres ecológicos y humanitarios, es "inevitable para los próximos siglos o milenios".
"En los próximos 2.000 años el nivel medio del mar aumentará entre dos y tres metros si el calentamiento global se limita a 1,5 grados, y alcanzará entre dos y seis metros si no supera los 2 grados", indica el estudio.
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El nivel medio global de los mares aumentó 20 centímetros entre 1901 y 2018, pero la subida se está acelerando por el cambio climático: era de 1,3 milímetros anuales hasta los años 70, entre 1971 y 2006 se elevó a 1,9 milímetros por año. Desde 2006 a 2018 ya se eleva a 3,7 milímetros anuales.
3. La crisis climática no afecta a todos por igual
Los impactos de la crisis climática varían en magnitud dependiendo de la localización geográfica, los niveles de desarrollo y las elecciones que se tomen en cuanto a implementar opciones de adaptación y mitigación.
El 10 % más rico produce el 45 % de las emisiones mundiales de efecto invernadero. Entre 3.300 y 3.600 millones de personas, más del 40 % de la población global, viven en lugares altamente vulnerables a las consecuencias. Por ello, el informe insiste en la justicia social y la equidad.
Posibles soluciones
1. Rebajar las emisiones
Las concentraciones actuales de dióxido de carbono, el principal gas que contribuye al calentamiento global, son las más altas de los últimos 2 millones de años.
El informe advierte de que el mundo ha emitido desde 1850 un 80 % del dióxido de carbono que puede permitirse para lograr limitar el cambio climático a 1,5 grados.
Si se toman medidas urgentes, el objetivo del Acuerdo de París se puede alcanzar. Esto requeriría reducir a la mitad las emisiones mundiales hasta 2030, llegar a cero emisiones netas de CO2 en torno a 2050 y, a partir de entonces, lograr emisiones netas negativas de CO2.
2. Adiós a los combustibles fósiles
Detener la expansión de los combustibles fósiles es un imperativo, según el estudio del IPCC: la infraestructura ya existente es suficiente para superar el límite de 1,5ºC. Según el informe, aproximadamente el 80 % de las reservas de carbón, el 50 % de las de gas y el 30 % de las de petróleo no podrán quemarse ni emitirse si el calentamiento se limita a 2°C. Si el calentamiento se limita a 1,5°C, muchas más reservas deben quedarse sin quemar.
En el campo de los transportes recomienda los biocombustibles sostenibles, el desarrollo de otros carburantes en estudio como los derivados del hidrógeno y los vehículos eléctricos, en un momento en el que también se ha reducido el coste de las baterías de litio (un 85 %).
3. Hola, energías renovables
El estudio recomienda la adopción de energías alternativas como la solar o la eólica, destacando que el coste de éstas ha disminuido gracias a la investigación (un 85 % y un 55 %, respectivamente), por lo que incluso hay casos en los que mantener sistemas de altas emisiones podría ser "más caro que la transición a bajas emisiones".
Las mayores contribuciones provendrán de la energía solar y eólica, la protección y restauración de bosques y otros ecosistemas, los sistemas alimentarios respetuosos con el clima y la eficiencia energética en sus múltiples formas.
Además de la transición hacia las energías renovables, el IPCC también subraya que, para la conservación de la biodiversidad y la salud humana, es necesario caminar hacia "dietas sanas y sostenibles".
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