Las aguas de Río: un tópico problemático en medio de las Olimpiadas

Lun, 08/01/2016 - 17:27

RIO DE JANEIRO (AP) — Cuando faltan pocos días para el inicio de los Juegos Olímpicos, los cuerpos de agua de Río de Janeiro siguen tan sucios como siempre, contaminados con aguas residuales no tratadas llenas de peligrosos virus y bacterias, de acuerdo con un estudio efectuado durante 16 meses por encargo de The Associated Press.

No sólo unos 1.400 deportistas corren el peligro de enfermar gravemente cuando participen en las competencias acuáticas, también los turistas enfrentan riesgos de salud en las playas doradas de Ipanema y Copacabana, según los resultados de los análisis realizados para la AP.

El estudio realizado en las sedes de las competencias olímpicas y paralímpicas reveló la existencia de niveles altos y uniformes de virus a causa de la contaminación, una contrariedad importante en lo que toca al proyecto de los Juegos Olímpicos de Río y que causa alarma entre veleristas, remeros y nadadores en aguas abiertas.

Los primeros resultados del estudio, publicados hace más de un año, muestran niveles virales de hasta 1,7 millones de veces por arriba de lo que se consideraría preocupante en Estados Unidos o Europa. En esas concentraciones, todo atleta que ingiera sólo tres cucharadas pequeñas de agua, casi sin dudarlo se infectará con virus que pueden causar enfermedades estomacales y respiratorias y, algo más inusual, inflamación cardiaca y cerebral -aunque el que lleguen a enfermarse depende de una serie de factores, incluida la fortaleza de su sistema inmunológico.

Desde que la AP difundió en julio del año pasado los resultados iniciales del estudio, los deportistas han adoptado medidas complejas de precaución para evitar que una enfermedad los elimine de las competencias, como tomar antibióticos preventivamente, echar cloro a sus remos y utilizar trajes y guantes de plástico con el fin de reducir el contacto con el agua.

La investigación de la AP encontró que hubo lecturas de adenovirus infecciosos —en pruebas de cultivos celulares y verificadas con protocolos de biología molecular— en casi el 90% de los lugares examinados durante los 16 meses de análisis.

"Ese es un porcentaje elevadísimo", declaró la doctora Valerie Harwood, presidenta del Departamento de Biología Integral en la Universidad del Sur de Florida. "Ese nivel de virus patógenos humanos es bastante desconocido en aguas superficiales en Estados Unidos. Jamás veremos esos niveles porque tratamos nuestras aguas residuales. Eso simplemente no se ve".

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