Mar, 02/23/2021 - 10:41
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El sistema de rastreo ineficaz que han tenido no ha podido frenar esta fatal estadística.
La presencia dominante de la mutación británica del coronavirus, un sistema ineficaz de rastreo de contagios y un tardío confinamiento nacional han hecho que Eslovaquia, socio de la Unión Europea (UE), encabece actualmente el ránking mundial de fallecimientos por covid-19, con más de 16 muertos diarios por millón de habitantes en los últimos días.
El país centroeuropeo de 5,4 millones de habitantes afrontó prácticamente indemne la primera oleada de la pandemia hace un año, con un saldo de apenas 28 muertes atribuidas al virus entre marzo y septiembre pasado, pero desde entonces la cifra de fallecimientos se ha disparado hasta 6.350.
Según el portal "Our World in Data", vinculado a la Universidad británica de Oxford, Eslovaquia registraba el pasado viernes una media de 16,1 muertos por millón de habitantes en siete días, la tasa más alta de mortandad por el SARS-CoV-2 en el mundo, por delante de Portugal (13,4) y la República Checa (11).
Cepa británica muy presente
La cepa británica B.1.1.7 fue detectada por primera vez durante las fiestas navideñas en la parte este del país y desde entonces no ha hecho más que ganar terreno de forma exponencial, hasta convertirse en el principal foco de contagio y muerte por coronavirus.
En medio de una situación desconocida y con unas restricciones gubernamentales para frenar la pandemia, en vigor desde las fiestas navideñas, y que no surten efecto, el primer ministro, Igor Matovic, alertó a principios de febrero sobre la presencia de la cepa británica en el 71 % de los contagios.
Se confirmaba así la tendencia observada en enero, lo que llevó al primer ministro a augurar esta semana que "la proporción de la mutación británica ha crecido hasta niveles que harán muy difícil tener la situación bajo control, y costarán muchas vidas".
Sistema de rastreo ineficaz
Además de la mutación británica, los expertos achacan la actual situación a "un sistema de rastreo de contagios ineficaz". Eslovaquia fue pionera en los test masivos de la población en otoño pasado, pero nunca consiguió aislar todos los focos de contagio ante la falta de un sistema eficaz de rastreo.
Al final, el país acabó optando, poco antes de la Navidad, por un nuevo confinamiento general, aunque éste "llegó tarde y con muchos agujeros", sentencia el experto eslovaco.
En la primera ola hubo cuarentena obligatoria para los que llegaban del extranjero y esto contribuyó a la baja incidencia de contagios. Sin embargo, estas restricciones se eliminaron demasiado pronto, lo que resultó en una importación mayor del virus, sobre todo de las variantes más infecciosas, lo que estuvo seguido por un contagio comunitario extensivo.
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