- Educación
Ser docente es la profesión mas bella que existe, y no lo digo por que sea docente, sino porque ellos marcan nuestras vidas para siempre.
El 5 de octubre se celebró a nivel mundial el Día del Docente. En este día los educadores son homenajeados como los más importantes en la sociedad. Sin embargo, me pregunto: ¿Tenemos idea de lo que vale un docente? No me refiero al dinero, sino al valor que se le da a nuestros docentes hoy en día.
Ser docente es la profesión mas bella que existe, y no lo digo por que sea docente, sino porque ellos marcan nuestras vidas para siempre. Recuerdo de pequeña amar ir al colegio ya que sabía que vería a mi maestra (aún recuerdo su nombre) cuando estaba en el jardín de infancia. En primaria me marcaron mis maestras que hacían de su profesión lo mejor y daban siempre la milla extra. Sí, sabemos que no es fácil lidiar con niños en un salón donde en muchas ocasiones no puedes escuchar ni tus propios pensamientos, pero es gratificante ver cómo se desarrollan día a día.
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De la misma forma en la que un docente marca positivamente la vida de sus estudiantes, también nos encontramos con aquellos que quizás no fueron tan agradables o que nos marcaron y no para bien; pero incluso a ellos debemos agradecerles por que fueron parte de nuestra formación.
No es fácil ser docente, pero es una de las mejores experiencias que una persona puede experimentar. De niños o adolescentes, e incluso de adultos, no tenemos idea de lo que nuestros maestros hacen por nosotros. Esto incluye muchas veces sacrificar el tiempo con sus propias familias para mejorar cada técnica y utilizarla en el salón de clases con el fin de lograr una mejor comprensión de sus estudiantes.
Lamentablemente, el docente es el más criticado, al que más se le exige y al que menos se le aprecia y mucho menos se le renumera económicamente. Si tuviésemos idea de lo difícil que es lidiar, no solo con los niños sino también con las diferentes necesidades y los padres de familia, entonces valoraríamos más a estos profesionales. Los docentes son los encargados de hacer posibles todas las profesiones. Enseñar requiere de mucha paciencia, vocación y, sobre todo, mucho amor. Cualquiera puede levantarse y hablar frente a una audiencia, pero son pocos los que pueden generar un cambio y una experiencia de aprendizaje significativa en la vida de una persona.
A ti, docente, que día a día te levantas pensando en qué estrategia o metodología vas a utilizar con el niño que tiene dificultades, ¡gracias!
A ti, docente, que te acuestas a las mil horas revisando, corrigiendo y calificando, ¡gracias!
A ti, docente, que te pasas todo el día laborando y luego vas a la universidad a seguir aprendiendo, seguir leyendo para ayudar a tus estudiantes, ¡gracias!
A ti, docente, te aplaudo y mi mayor admiración por cada gota sudor corriendo con tus estudiantes, cada libro leído, cada crítica destructiva tomada de la mejor manera, cada lágrima derramada por aquel estudiante que ayudaste pero que no pudo más, por aquel padre de familia que no supo apreciar todo lo que hacías por su hijo, ¡gracias! Porque a pesar de todo sigues y no te rindes.
Que las situaciones de la vida, de los agentes externos, entre otras, cosas no apaguen tu luz. Continúa, aunque nadie aprecie ni vea lo que haces, porque no serán las palabras las que te gratificarán, sino el resultado que verás en tus estudiantes.
Te invito a que antes de criticar a un maestro le acompañes unos minutos en su día a día, y verás que lo pensarás mucho antes de si quiera emitir un juicio contra él. La educación la hacemos todos, pero los docentes son esa parte fundamental para un óptimo desarrollo de tu hijo, no seas su enemigo, él o ella están buscando la mejor forma de potenciar las habilidades de tu pequeño para que el día de mañana sea un adulto capaz y especialmente seguro de sí mismo.
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Los docentes no solo son parte de la sociedad, son el pilar del desarrollo de la vida de tu hijo, tanto como tú. ¡Feliz día docentes! Sigan amando su profesión, ejerciéndola con pasión y vocación, día tras día.