Esta hermosa y verde isla Europea ubicada en el medio del Atlántico tiene muchos atractivos turísticos y una diversidad de paisajes que te dejarán boquiabierto.
Lo ideal es planear un recorrido en carro, alrededor de 1,500 km, manejando (por la izquierda) alrededor de toda la isla. Esto toma entre 8 a 12 días.
Dublín es la capital y la ciudad de la República de Irlanda y a donde llegan la mayoría de los vuelos. Su calle más famosa es Temple Bar, en el centro de Dublín. Aquí hay pubs, restaurantes, tiendas, cafés, música y muchísimo ambiente. Es como el Bourbon Street de Irlanda. Aquí no puedes dejar de visitar la Catedral de San Patricio (patrón de Irlanda), el Trinity College y la exhibición del libro de Kells, el libro medieval mejor preservado del mundo y hacer un tour a la famosa fábrica de cerveza Irlandesa Guinness. El recorrido de cómo hacen la cerveza en varios pisos interactivos de exhibición es realmente interesante y el tour termina en su “gravity bar” con una excepcional vista a toda la ciudad.
Partiendo de Dublin e iniciando el recorrido hacia el sur, el primer lugar que hay que visitar es Cashel (Rock of Cashel), una fortaleza medieval de gran importancia comercial, política y religiosa.
Cerca de allí se encuentra el castillo de Blarney y la famosa piedra de la elocuencia (Blarney Stone). Por tradición, los visitantes deben besar por la parte de debajo de la piedra, estando suspendidos en el vacío en la parte más alta de la torre del castillo. Los terrenos alrededor del castillo son espectaculares, hay un jardín de plantas venenosas (y mortales), paseos entre cascadas y áreas de piedras y cuevas “en donde viven hadas mágicas”.
Hay dos formas de llegar al lugar turístico más visitado de Irlanda: Los acantilados de Moher (Cliffs of Moher), en el área del Burren. Puedes manejar o acortar el camino tomando un ferry (por la experiencia de subir tu auto a un ferry, es la opción que recomiendo). Este lugar es la imagen que vez en las postales de Irlanda, son 8 kilómetros de hermosos y altísimos acantilados a 120 m sobre el mar. Muy cerca de allí hay opciones de visitar cuevas (Doolin Cave tiene la estalactita más grande del mundo).
En la costa oeste de la isla, se encuentra Galway es una ciudad con mucho ambiente, pubs, tiendas, restaurantes, una hermosa Catedral y varios museos. Esta es la última parada en la República de Irlanda.
Bienvenido a Irlanda del Norte, conocida por larga historia de rivalidad política y religiosa de sus habitantes. Una de sus ciudades es Derry, en donde se encuentra una de las murallas medievales mejor preservadas en Europa y en donde verás los famosos murales políticos y sociales en las paredes de sus edificios.
Lo más bonito de Irlanda del Norte es la Calzada de los Gigantes. Este patrimonio de la humanidad al borde del mar te dejará boquiabierto, contiene unas 40 mil columnas de basalto de hace unos 60 millones de años. Cuenta la leyenda que fue el campo de una pelea entre dos gigantes: Finn y Staffa.
Muy cerca de aquí está un famoso puente de cuerda colgante “Carrick-a-Rede”, a 30 metros por encima de la hermosa costa rocosa del norte de Antrim. Las vistas desde allí, sobre el mar turquesa y la arena blanca, son absolutamente espectaculares.
Parece una escena de un cuento de hadas y es una de las calles más místicas del mundo: Dark Hedges, un camino en donde las ramas de los árboles han creado una especie de túnel y que se ha vuelto famoso por aparecer en series y películas como Game of Thrones.
Belfast: La ciudad principal y capital de Irlanda del Norte. Aquí se construyó el Titanic y hay un enorme e interesante museo interactivo en donde te cuentan su historia. También hay museos como el Ulster, el mercado de St. George -uno de los más antiguos de Europa-, el mirador del centro comercial Victoria Square en el centro de la ciudad y los famosos murales políticos.
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