Jue, 12/14/2017 - 12:46
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Nuestra experta en moda nos comenta sobre la más reciente tendencia en cuanto a bolsos: el "fanny pack" o riñonera.
Exactamente así es mi relación con el accesorio del que les voy a hablar en este artículo. Se trata de “la riñonera”, ese bolsito pequeño que se ata a la cintura cual colegial que se va de salida escolar a la montaña y que por circunstancias de la vida, buena más bien, por circunstancias de la moda, ahora se ha convertido en una pieza imprescindible de cada atuendo.
Y cuando digo a cada atuendo, efectivamente me refiero literalmente a cada atuendo, ya que ese bolsito atado a la cintura lo podemos encontrar tanto en versión de lujo para acoplárselo a esos vestidos de noche maravillosos como en versión diurna, más sport, y hasta la versión chic, pero muy muy chic, algunas hasta son parte de un vestido de noche.
En fin, la riñonera ha existido a lo largo de los tiempos, yo la usaba para guardar el dinero cuando salía de excursión cuando era pequeña, pero nada más pude elegir, la descarté de mis pertenencias. Eso sí, volvió a aparecer en mi vida cuando conocí a mi marido y vi que llevaba un pequeño bolsito colgado en el cinturón de su “jeans”, ¡no! Rápidamente lo convencí de que había formas mejores de llevar los documentos y el dinero y, aunque se trata de algo que todavía se usa mucho en el interior de algunas partes de Argentina, lo convencí para eliminarla del armario y nuevamente desapareció de mi vista. Cuando empecé a viajar, la riñonera volvió a mi vida por una cuestión práctica, pero era una riñonera muy funcional, solo servía en un momento determinado de mi vida que era cuando me subo a un avión y se trata de una riñonera interior, muy discreta, que ni se ve.
Hagamos un poco de historia, la riñonera empieza su recorrido en los años 80, en colores fosforitos, ya se convierte en un accesorio de moda. Los niños las llevaban al parque llenas de cromos, canicas, o la merienda, mientras que los adolescentes la llevaban al cine o la discoteca con los cigarrillos, las monedas y hasta los walkman de aquella época. Y los padres las llenaban de llaves, cartera, pintalabios. Pero después de varios años de auge, la riñonera fue enterrada en los años 90.
Pero fíjense, parece que la riñonera me persigue y ahora la moda y sus caprichos la han vuelto a poner en el candelero haciendo de ella un elemento imprescindible para quien se quiera considerar a la moda. Así que en mi relación amor-odio, he empezado a quererla un poquito, pero les confieso que si bien es cierto que ahora las hay monísimas y con un superdiseño, sigue pareciéndome muy poco elegante eso de llevar el bolso atado a la cintura. Eso sí, cuando elijan sus “looks” de fin de año, si realmente quieren considerarse unas “fashionistas”, empiecen a buscar una riñonera de pedrería para accesorizar su “look”, y para las que no son tan atrevidas, mejor busquen una con la que puedan acompañar alguno de sus “looks” de día.
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