De un tiempo a la fecha, el término “fast fashion” ha venido siendo utilizado recurrentemente por los principales periódicos y revistas a través de artículos, reportajes y entrevistas. Sin embargo, este concepto tiene años de uso en el mercado mundial del retail.
Independientemente de las preferencias que se pueda tener por uno de estos movimientos, resulta importante que las personas que trabajan en el sector de la moda y retail entiendan mejor en qué consisten ya que reflejan las necesidades de diversos grupos de consumidores, quienes a través de su compra dan muestras de su personalidad, conducta y valores.
¿QUÉ ES FAST FASHION?
Haciendo una analogía con la comida, así como existe una corriente del fast food o “Comida Rápida”, el fast fashion es la manera de producir en serie y de forma rápida la ropa.
Se trata del lanzamiento de, por lo menos, 15 colecciones al año, basadas en las recientes tendencias presentadas en los “fashion weeks” más importantes del mundo, las cuales son diseñadas y manufacturadas rápidamente permitiendo al consumidor acceder a las tendencias de moda en tiempo récord, satisfaciendo su necesidad de acceder a lo que dicta la moda en ese minuto.
Estos diseños se venden a bajo precio o “low cost” a pesar de que están inspirados en las últimas tendencias. Otra característica es que las colecciones son exhibidas por pocas semanas con el propósito de fomentar el consumo y hacer que la gente se vuelva adicta a la compra de prendas, calzados y accesorios, los mismos que presentan una alta rotación.
No obstante, las grandes marcas internacionales como Zara y H&M, que pertenecen a este movimiento, realizan procesos creativos e innovadores para evitar recurrir a las imitaciones contratando a diseñadores propios, como Karl Lagerfield (en el caso de H&M), que buscan una nueva interpretación del modelo original, para realizar colecciones cápsula de nivel.
Quienes siguen este movimiento coinciden con la opinión de la actriz e ícono de moda y estilo Sarah Jessica Parker que señala: “La moda no es un lujo, es un derecho”.
Retomando con la analogía de la comida, así como al “fast food” se le contrapone la corriente del “slow food” y la comida orgánica, en la moda pasa algo similar. En los últimos años ha aparecido un movimiento denominado “slow fashion” o “Moda Lenta” que busca hacer frente a la tendencia de la ropa rápida.
¿QUÉ ES EL SLOW FASHION?
El “slow fashion” o “Moda Lenta” es una corriente que promueve el concepto del “desestresarte” del lanzamiento de las temporadas en las colecciones, produciendo una colección de manera “atemporal” o “clásica” que se asocie al concepto de “No Season”.
Este consiste en adquirir los productos en el momento que se necesiten, primando la calidad sobre la cantidad y la exclusividad. Lo que se busca es lograr que los productos que se fabrican sean duraderos en el tiempo promocionando una conciencia de consumo, es decir, pensar conscientemente en nuestras decisiones de compra. Su máximo exponente es la marca italiana Slowear.
De la mano de los movimientos del Fast Fashion y el Slow fashion también crece el concepto de Moda Sostenible o Sustentable, el cual consiste en que los diseñadores produzcan de manera no contaminante sus productos, cuidando el medio ambiente (eco-friendly), reduciendo el uso de energía, agua y emisiones de carbono.
Cabe precisar que este movimiento incluye también el aspecto social, que surge como respuesta al abuso cometido por talleres en donde se contrataba a obreros en condiciones irregulares laborales.
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