Muchas veces la gente me dice sorprendida que ha visto un vestido y que le ha parecido carísimo, y me termina explicando que se compró otro casi igual a mitad de precio. Sin duda hay muchas razones que le dan el valor final a una prenda de ropa, influye la marca, el tipo de costuras y terminaciones, el tipo de corte y sobre todo el tipo de tejido con el que está hecho.
Con los avances tecnológicos cada vez son más los tejidos de fibras sintéticas que simulan, a veces hasta el punto de generar gran confusión, las fibras naturales.
Y podemos tener una gran diferencia de calidades cuando comparamos un tejido sintético con una fibra natural. No hace mucho me sucedió entrar a una tienda muy reconocida de venta de telas queriendo comprar lino, y me ofrecieron una tela diciéndome que era lino, pero en realidad era poliéster. Sí, efectivamente el poliéster que me mostraron simulaba la fibra del lino, pero era 100% poliéster, cuando le comenté al vendedor que eso no era lino, su respuesta fue, “ese es el lino que nosotros tenemos”.
Bien, ahí está la primera confusión que se le genera al cliente. Cuando se habla de lino, o de seda o de algodón, etc., no se habla de un estilo de tela, sino de una fibra y esa fibra es natural. No podemos llamar lino, seda o algodón a fibras que lo simulan, pero cuya composición es sintética.
Las fibras naturales son más caras que las sintéticas, por su escasez, por sus métodos de obtención y, fundamentalmente, por sus propiedades.
Las fibras naturales permiten que la piel respire y son térmicas, es decir, son frescas como el algodón, o el lino, y guardan el calor como la lana, el cashmere, etc.
¿Alguna vez se han puesto una camiseta de poliéster y al ratito y casi sin sudar ha empezado a oler horrible? Esa es una de las reacciones que tienen algunas fibras sintéticas en contacto con el sudor y el uso, mientras que eso seguro no les ha pasado nunca con una camiseta 100% algodón.
Muchas veces las fibras sintéticas han logrado imitar tan bien el “look and feel” de las mismas telas naturales que cuando estamos comprando telas se hace difícil poder estar seguro de si lo que nos están vendiendo es realmente seda o poliéster, pero hay algunas formas rápidas de hacer la prueba para saber qué es.
Cuando tengas una tela y no sepas qué es, puedes agarrarla y con mucho cuidado acercarle una llama para quemarla un poco. Si se trata de una fibra natural, se quemará y se desintegrará como si quemaras un pedazo de papel, mientras que si se trata de una fibra sintética se prenderá una llama y se empezará a quemar como si fuera plástico, ya que la mayoría de las fibras sintéticas son precedentes del petróleo y pueden hasta sacar una especie de humo.
Cuidado con esta prueba, tiene que ser con mucho cuidado para que no se les prenda en llamas la tela.
En especial para climas tan calurosos, es recomendable el uso de prendas de fibras naturales para el uso de la vida cotidiana. Pero no siempre es mejor la fibra natural, cuando hablamos de prendas deportivas, el avance tecnológico ha hecho que se hayan conseguido tejidos inteligentes que son muy livianos, ayudan a la transpiración porque se secan rápido, etc., así que mi recomendación es que cada cosa para lo que es. De manera que cuando compres una prenda y dudes de qué tipo de tejido estás comprando, busca en el interior en la etiqueta y fíjate en la composición de la misma.
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