Durante mis vivencias en diferentes países, pude observar y me dediqué a analizar cómo cada sociedad interpreta la moda de una manera diferente. Cada cultura y grupo social interpreta los colores y las formas a su manera influenciada por sus diferentes tradiciones, las anatomía promedio de sus cuerpos, el clima, etc.
Cuando trabajaba como diseñadora en Nueva York, dentro de la colección general, diseñábamos una colección especial para el mercado asiático, ya que mientras en Nueva York el color predominante de nuestras colecciones y ventas era el negro, y en Europa los principales colores son los neutros, en Asia les encantan los colores fuertes y eclécticos.
A su vez, las formas de los cuerpos de cada sociedad van marcando las propias colecciones y tendencias.
El cuerpo asiático promedio es bajo y requiere cortes en las prendas especiales para que se adapten a su silueta de manera correcta; a su vez, en el norte de Europa o de América sucede lo contrario, y por consecuencia, los cortes se tienen que adaptar a otro tamaño y forma de cuerpo diferente. Lo mismo pasa con los tejidos y los colores.
Si hablamos de la interpretación de la moda en Panamá, es divertido analizar cómo la sociedad panameña interpreta la moda a su estilo y semejanza, sin seguir patrón ni tendencia alguna, lo cual es bueno y muy peligroso a la vez.
Algo que destacar es ese amor incondicional que tienen por todo lo que brilla... lentejuelas, pedrería, dorados, etc.
Pero están de suerte. Actualmente, es tendencia utilizar brillos durante el día, pero no exageremos... ¡cuidado! Hay que saber usarlos y mezclarlos.
Una cosa es combinar un top brillante con un “jean” para crear un “look” desestructurado y otra muy diferente ponerse un vestido de brillos con tacones para ir a pasear por el “shopping mall” un martes a las 10:00 a.m.
Cuando usamos los brillos en “looks” desestructurados y diurnos, es importante mezclarlos con prendas que les bajen la intensidad. Hay que mezclarlos con cuidado y con criterio, y sobre todo conociendo bien nuestro cuerpo para que ese brillo que nos ponemos nos haga lucir como una estrella y no como si estuviéramos estrelladas.
Vean esta diferencia: si mezclan un top brillante con un “jean” y unas zapatillas o zapatos planos y una cartera grande, tendrán un “look” de día, moderno y atrevido. Si mezclan el mismo top con el mismo “jean”, pero usan zapato de tacón, una cartera más pequeña, recogen el pelo y usan un maquillaje un poco más sofisticado, obtendrán un “look” más nocturno. En ambas ocasiones, estarán usando la misma ropa, pero sus accesorios, su peinado, su maquillaje y, sobre todo, su actitud transmitirán algo completamente diferente y estarán perfectas para ocasiones diferentes.
Es importante saber entender en cada ocasión qué es lo que transmite nuestra imagen para colocarla en el ambiente adecuado.
En estas últimas temporadas, la tendencia nos ha llevado a usar brillos y telas metalizadas durante el día, así como a mezclar tacones de aguja con “jeans”, o ponernos un pijama para salir, pero el concepto siempre es mezclar prendas “sport” con detalles de noche para crear “looks” chocantes. Y sepan que esto tiene el riesgo de que si la mezcla que hacen no es correcta, pueden caer en la vulgaridad, así que tengan cuidado con sus mezclas y dosifiquen el uso de los brillos.
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