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Fulanita tiene esa magia… llega a cualquier evento y causa impacto. Su gran secreto está escondido dentro del armario.

Si de ropa se trata, nosotras las mujeres somos expertas. Y no hay quién se quede por fuera. Independientemente del gusto que se tenga.
Pero ¿sabías que detrás de ese “amor” por la ropa se esconde todo un idioma? Ajá, esos zapatos rojos, el vestido negro y todo lo demás son parte de lo que hoy algunos psicólogos llaman psicología del clóset.
Por ejemplo, en 1990, la investigadora Mary Lynn Damhorst llevó a cabo un análisis para determinar qué tipo de información era comunicada por la manera en que nos vestimos; se encontró que un (81%) de las personas lo asociaba con competencia, el poder y la inteligencia; mientras que el 67% lo asociaba al carácter, la sociabilidad y el estado de ánimo.
El color, un componente
Se dice que el rojo levanta pasiones. Mientras, el negro es para no llamar la atención. Indudablemente, los tonos que elegimos para vestir, e incluso para pintar el cuarto, tienen un gran porcentaje en nuestro estado de ánimo, y en la manera en que nos perciben las demás personas.
Para no fallar y aclarar dudas en el tema, consultamos a María Sofía Velázquez, asesora de imagen, quien explicó que el negro puede ser tan espectacular como el rojo, pero más sobrio; por lo tanto, no es cierto que funcione siempre para pasar desapercibida. Quienes no quieren ser notados usan tonos X, estos son grises verdosos, beiges rosadones, marrones… colores que resultan grises en cuanto a su carácter, aconsejó la experta.
En lo que respecta al rojo, ese matiz asociado al amor, Velázquez indicó que es un color seductor y poderoso cuando es usado a conciencia. Pero que muchas veces subconscientemente, lo usamos cuando estamos llenas de energía y sentimos que sobresalimos. Si es tu caso, María Sofía recomienda equilibrar toda esa energía utilizando tonos más tranquilos, como el blanco, que es un matiz que transmite tranquilidad.
El ‘look’ de oficina
Se tiende a pensar y relacionar que para lograr un buen puesto y causar buena impresión — en el ambiente laboral— se debe estar de traje formal, ya saben saco, falda, zapatos negros cerrados.
La forma de vestir es una de las cartas de presentación y una de las cuales los profesionales de recursos humanos prestan atención en las entrevistas de trabajo. No obstante, “hasta el vestuario más exclusivo no tiene sentido si la actitud de quien lo porta no proyecta liderazgo y personalidad, mencionó Beatriz Pereira, psicóloga laboral y miembro de la Federación Latinoamericana de Coaching, en el sitio América Economía. Así mismo, la experta señaló que si no se demuestran los conocimientos técnicos, experticia y experiencia, de nada sirve vestir un traje de alta costura. Ella aconseja que el tema de la imagen personal y profesional debe centrarse en un mensaje asertivo para lograr el éxito.
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