¿Sabes dar ricos besos? Te contamos todo sobre este acto sexual

Lun, 12/02/2019 - 11:55
Los besos combinan los sentidos del tacto, el olfato y el gusto, desencadenando reacciones físicas y mentales que son estudiadas por la filematología
"Hay besos que producen desvaríos, de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos, inventados por mí, para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso, llevan los surcos de un amor vedado, besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado". Poema 'Besos' de Gabriela Mistral.
 
En un contexto de pareja, el beso es un acto sexual de los más sublimes que entrelaza los cuerpos y fusiona las almas. En otras cisrcuntancias, por un beso muchas personas se  pueden llegar a enamorar (textualmente), debido a hormonas y neurotransmisores que segregamos e intercambiamos cuando besamos.
 
Según la antropóloga Helen Fisher, el beso permite que se estimulen tres sistemas fundamentales en la sexualidad humana y en la estabilidad de la relación de pareja: el deseo sexual (hormona testosterona), regula el amor obsesivo (neurotransmisor dopamina) y controla el apego (hormona oxitocina). Y ni qué decir de los neurotransmisores feniletilamina y endorfinas (felicidad).
 
Tengamos en cuenta que los besos combinan los sentidos del tacto, el olfato y el gusto, desencadenando reacciones físicas y mentales que son estudiadas por la filematología, ciencia que estudia los besos y su relación con el sexo.
 
No necesitamos ser especialistas en la materia para conocer los efectos positivos de un buen beso y convertirnos en estupendos besadores. La boca tiene diferentes partes que son fuentes potenciales de placer, aunque muchas veces son inexploradas, tales como las encías, el paladar duro y blando, debajo de la lengua, las encías; todas con terminaciones nerviosas que ante la estimulación provocan excitación. 
 
Ante esto, hay aspectos importantes como el aseo bucal y el buen aliento que no se pueden dejar a un lado aunque pasen muchos años de convivencia. Y es a través de los años que los esfuerzos deberían aumentar, pues la confianza a veces no permite percibir cuando “un beso encebollado” puede resultar desagradable.
 

Otros aspectos que entran en juego en el placer de un beso son: 

  • Apertura de la boca: lo ideal es que no esté ni muy abierta ni muy cerrada, aunque esto va a variar de acuerdo a los gustos de cada cual.
  • Cantidad de saliva:  definitivamente hay personas que salivan mucho más que otras y hay personas que no controlan el ritmo de su respiración de tal manera que no logran tragar suficientemente su saliva durante un beso. Ten en cuenta que la sensación de humedad extrema no siempre resulta romántico ni excitante y menos si la humedad va más allá de la boca, abarcando mejillas, cuello, nariz, barbilla, orejas.
  • Fuerza y presión en su justa medida: los que han quedado con dolor de cuello después de un beso, entienden perfectamente a lo que nos referimos.
  • Variedad en el ritmo de la succión: suave, lento, un poco más rápido, los besos que más se disfrutan son los que van aumentando el ritmo de manera progresiva y alternada.
Vale destacar que no existe una forma única de besar; sin embargo, entre los besos más comunes tenemos: 
  • Besos con succión de labios superior e inferior: a muchas personas les gusta alternar la succión o empiezan alternándolos y posteriormente se enfocan en el labio que les parece más delicioso, más suave, más grueso, más delgado... o tal vez más dulce, más jugoso, en fin.
  • Besos con lengua: el llamado beso francés, es considerado uno de los más románticos aunque es más bien muy pasional. Cuando se tiene una lengua muy larga ten en cuenta que puedes “atragantar” a tu pareja. Lo ideal es sincronizar la caricia y el jugueteo de ambas lenguas.
  • Beso con mordisquitos: se dan principalmente cuando la pasión aumenta y exprese ese “te quiero comer”. Hay que ser cuidadosos con los mordiscos que terminan lesionando los labios o la lengua; pues cada uno de nosotros tiene sus propios microorganismos que no necesariamente son beneficiosos para los demás. De por sí, un estudio presentado en la revista científica Microbione, indica que intercambiamos aproximadamente 80 millones de bacterias en un beso íntimo de 10 segundos.
  • Besos exploratorios: como su nombre lo indica, este tipo de beso se trata de explorar dientes, paladar, mejillas internas, encías, debajo de la lengua y cada rinconcito de la boca.
  • Besos aclimatados: tienen que ver más con la forma y consisten en hacer cambios de temperatura en la boca con hielo o bebidas calientes para estimularse mutuamente. 
Para finalizar, podemos decir que no hay límites para este tipo de caricias. De ahí que muchos digan que “hay besos que duran una eternidad”, quizás no por el tiempo sino por el recuerdo de la experiencia.

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