
- Adictos a la sumisión: El dependiente emocional clásico o sumiso suele ser mujer. Entre sus rasgos destacan la idealización obsesiva del otro y una desmesurada necesidad afectiva.
- Dominantes: Son posesivos, suelen ser hombres y tienden a considerarse dueños, y no soportan que traten de dejarlos. Detrás de este comportamiento existen casos de violencia doméstica.
- Adictos al romance: No les interesan tanto los sentimientos de la otra persona como la idea que tiene de ella y está dispuesta a aceptar cualquier situación con tal de conseguir esa aventura.
- Codependientes: Padecen una necesidad compulsiva de sentirse válidos, a través de los cuidados que profesan a otras personas.
- Adictos al sexo: Los niveles de placer muy elevados pueden provocar que la persona se aficione a los estímulos externos que se lo han generado y llegar a extremos de dependencia absoluta. El proceso de adicción es prácticamente idéntico al que se produce con cualquier otro tipo de droga y hace lo que sea por satisfacerse.
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