Tito Herrera

Jue, 07/30/2015 - 08:00

A‘Tito’ lo conozco porque participé en un video musical que le grabó a un amigo... pero, ¿quién no lo conoce? ‘Herrera’ es de esos tipos amigables, llanos, accesibles, con buenas habilidades sociales, así que si no es en persona, la gente lo conoce de nombre. Y eso es peligroso, porque... ¿qué se puede decir de alguien popular? Pero entre risas, una conversación amena y las letras de los Auténticos Decadentes, ‘Tito’ nos contó la realidad de lo que significa trabajar de manera ‘independiente’.

Comenzaste escribiendo y luego apareció la fotografía, ¿cómo fue ese cambio de ruta?

Sí, así como lo dices. Me gustaba escribir y en un momento dado, soñé con ser compositor, la música fue mi primer amor. Cuando salí de la secundaria era un ‘niño problema’, entonces mi papá me decía que sus amigos también eran músicos y que iba a terminar en la droga y limpio, y bla, bla, bla, entonces en una mezcla de “¿qué tal si tiene razón?”, decidí que iba a estudiar algo que no fuera música. Me metí a estudiar Derecho y en segundo año se me ocurrió hacer una revista juvenil, eso quedó en nada, pero ya había amigos del grupo que sabían que escribía y me comentaron que había una revista juvenil, “Zipper”; entonces comencé a mandar artículos. Al editor le encantó, pero un día me llamó y me dijo: “Nos encanta lo que escribes, pero si no tenemos fotos, no podemos publicar nada”. Y entonces agarré la cámara, por eso más que nada.

 

¿Estás feliz con ese giro que hubo o te arrepientes de algo?

No, me encanta. El giro me pareció genial porque yo no sabía nada de fotografía, descubrí muy rápidamente el poder de comunicar de la fotografía y al final lo que siempre he querido es contar historias. Y no paré nunca de escribir, esa es la realidad, no se publica nunca nada, pero escribo lo que me nace. Es como todo, ¿por qué lo estás haciendo? Si escribiera con el afán de ser el próximo García Márquez, estuviese frustrado. Pero no escribo para ser famoso, sino para sacarme lo que tengo dentro. Bajo esa premisa, nunca he parado de escribir.

 

Y ese amor por la música, ¿cómo llegó?

La música siempre estaba en mi vida, mi padre es contador de carrera pero también músico aficionado, percusionista. Tocaba en un hotel por las noches y hasta llegó a tocar con Danilo Perez. Lo suyo era la salsa, aprendií a respetar el género aunque nunca fue ni es mi fuerte pero lo principal es que el ver instrumentos y a mi viejo tocando no era raro.

 

Si no tocaras guitarra, ¿qué instrumento te gustaría aprender?

Si no tocara guitarra sería seguro el Piano, fue de hecho, mi primer instrumento, lo estudié un poco, de adolecente y hasta lo toqué en una banda (los teclados) en mis años de escuela secundaria, pero rápido acepté que mi personalidad va más con la movilidad de la guitarra y ambos son perfectos para componer, que al final era lo que yo buscaba.

 

¿Qué suceso marcó tu estilo de fotografiar?

El suceso se llama, casualmente, la emprendiduría y el estatus de ‘freelance’. Eso marcó mis fotografías porque cuando empecé esto, era un plan b para mí, yo trabajaba en una firma de abogados. Después descubrí que quería ser fotógrafo de viaje y de documental, y estuve 2 o 3 años en eso con mediano éxito, era soltero, vivía en mi carro y cuando me iba, mandaba los rollos y no pasaba nada, pero cuando te cae la responsabilidad de los hijos, de la hipoteca, el carro, entonces, las prioridades cambian. Tuve que hacer un análisis y decidir qué realmente me gustaba y luego de mucho análisis hice paz con el hecho de que a mí me gustaba hacer fotos y contar historias, y luego de eso, comencé a disfrutar y a descubrir otras maneras de tomar fotos.

 

¿Cómo fue el proceso de llegar a trabajar con grandes medios internacionales?

En realidad ahí no hay más secreto que —aunque suene triste— los contactos, es conocer gente. Por supuesto el estar preparado cierra los tratos. Las oportunidades llegan una sola vez y tienes que estar listo para cuando lo hagan. En mi caso fue así, yo sabía que quería trabajar para un medio internacional, entonces empecé a investigar desde mucho antes cómo trabajan. Quizás un poco lo que me ha ayudado a mí ha sido mi proactividad, soy muy agresivo en cuanto a que las cosas pasen.

 

¿Qué ha sido lo más difícil de todo este camino?

Lo más difícil ha sido mantener el negocio a flote, yo siempre he dicho que lo más fácil es tomar las fotos bonitas, lo más duro es hacer que las fotos paguen las cuentas. Lo más difícil ha sido aprender, sin escuela de negocios, a cómo llevar un negocio.

 

¿Algún pro que tiene el hecho de ser independiente?

Muchísimos, el principal es el control de mi tiempo. Cuando yo renuncié a mi trabajo fijo, que era en un diario, lo hice porque me gustaba demasiado, le metía 16 horas al día, tenía un buen salario, pero si no me iba en ese entonces, no lo iba a hacer nunca. Quería no perderme cumpleaños, quería irme de vacaciones con mis hijos entre semana, quería poder controlar mi agenda. Y para mí eso es superimportante.

 

¿Cómo cambiaron tus hijos la dinámica de tu vida?

¡Mis hijos me cambiaron todo! En mi vida profesional fue el cambio más radical. Cuando mi primer hijo estaba en camino decidí que era más importante para mí ser un buen padre que ser un buen fotógrafo (aunque intentaría ser las dos) así que renuncié a mi trabajo fijo de entonces buscando tener más control de mi agenda y mi tiempo para poder pasar más tiempo con ellos. Esto se cumple a cabalidad, mis hijos son prioridad y por ejemplo, trato en lo posible de no agendar viajes internacionales cuando ellos están de vacaciones. Me gusta llegar temprano a casa o salir tarde de ella para compartir lo más posible con ellos. Tengo la meta de tratar de no perderme nunca uno de sus cumpleaños. Tengo tres hijos, el mayor de 10 años y puedo decir a mucha honra que hasta ahora lo vamos logrando. Ellos controlan mis desiciones, incluso las profesionales y nunca acepto un viaje, por ejemplo, sin consultar con mi esposa sobre cómo podría afectar a los chicos el tiempo estipulado del viaje porque algunos han sido hasta de un mes fuera.

 

¿Cuál es la actividad que más disfrutas con ellos?

Las que más hacemos juntos es fútbol, cuando no lo estamos jugando juntos, lo vemos en la TV, vamos a los estadios a ver la LPF o vamos a sus partidos (los tres juegan en equipos de competencia). Es algo que me preocupé por enseñarles que era importante para mí (el fútbol), les he enseñado a disfrutar y ahora resulta que he creado tres ‘monstros’ que solo viven para eso. ja, ja, ja.

 

Hablando de viajes, ¿cuál ha sido el lugar que más recuerdas y porqué?

Recientemente me tocó visitar Kazajistán, en el centro de Asia, entre China, Mongolia y Rusia. Este viaje fue sin duda una tremenda experiencia, un choque cultural radical y con un sujeto muy interesante que me dio fotos de las que crecí mirando en revistas y nunca pensé tener la oportunidad de poder tomar.

 

¿Cosas en el tintero por realizar?

Me queda mucho por hacer pero a corto plazo, un proyecto que le tengo ganas desde que me inicié en esto es hacer un libro y ya estamos formalmente trabajando en eso. Si todo sale bien y Dios lo permite, el próximo año debemos estar lanzando algo.

 

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