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Las personas con 'tattoo' ya no son descalificadas cuando van a una entrevista de trabajo, ahora son elegidas por sus capacidades y experiencias.
Los tatuajes siempre fueron un tabú en el ámbito laboral, pero con el paso del tiempo la sociedad fue dejando atrás los estereotipos hacia las modificaciones en la piel. Los dibujos, las figuras o los textos en el cuerpo ya no son asociados con la delincuencia, más bien, son vistos como un arte creativo plasmado en la piel.
El mercado laboral en Panamá ha dejado de descartar al tatuado al momento de considerarlo como un candidato para un puesto profesional. Tiendas de maquillaje, restaurantes de comida rápida, áreas de publicidad y comunicación social, son distinguidos por ser inclusivos con las personas tatuadas. La práctica de señalar o discriminar se ha superado con el tiempo, reconoce el sociólogo Marco Gandásegui.
Contratados por sus habilidades
Lenibeth Caballero, encargada del departamento de Recursos Humanos de una compañía local de comunicación, aseguró ser muy diversa al momento de reclutar personal, pues no elige a los candidatos por su aspecto físico, sino por sus experiencias, actitudes y disponibilidad.
José Viloria, supervisor de un local de comida rápida mencionó que a la hora de contratar a un nuevo personal no existe límite de restricciones y se dedican a contratar a las personas más preparadas para el puesto de trabajo.
Rezagados con la tinta
A pesar de los cambios de mentalidad, aún existen sectores que mantienen en pie sus estrictas normas al momento de contratar a personas con tatuajes visibles, algunos de ellos son los servicios financieros y los grupos religiosos que suelen ser más delicados con el tema.
Según el sociólogo Marco Gandásegui, Panamá no se encuentra en el pasado, porque en Europa, las iglesias y el sector financiero tampoco aceptan tatuajes entre los partícipes. Aún así, el área bancaria, que se ha caracterizado por rigurosas normas en torno a los tatuajes, ha empezar a cambiar. En la actualidad, varios son los bancos que se enfocan en contratar a las personas más calificadas para el puesto, por sus estudios y habilidades, que se convierten en los puntos principales a la hora de reclutar.
Un miembro de la iglesia evangélica consultado, que prefirió reservar su nombre, dijo que, aunque no son de su gusto, respeta a aquellos que tienen tatuajes, y reconoce que hoy en día los 'tattoo' ya no son discriminados, pues el mundo ha evolucionado. Para el tatuador Jean Gutierrez, los profesionales que rechazan los tatuajes son los médicos, quienes tienen en mente la posible transmisión de enfermedades.
El Ministerio de Trabajo de Panamá (Mitradel) fue consultado sobre el tema, sin embargo, dijeron que no llevan registros ni reportes al respecto.
Los jóvenes destruyeron el tabú
Gran parte de esta evolución se debe a los jóvenes, consideró el tatuador Jean Gutierrez, quien explica que la juventud se identifica con artistas y profesionales y con sus diseños de tinta en la piel. A juicio de los amantes a la tinta, una persona con tatuaje refleja atrevimiento, expresión de su sentir y de lo que ha vivido a lo largo de su vida.
Por su parte, el sociólogo Gandásegui consideró que muchas veces los 'tattoo' realizados en los más jóvenes son un signo de rebeldía frente a los padres, maestros, amigos o a la sociedad en que viven, pues en el momento les parece divertido, pero al llegar a la edad más adulta tienden a buscar métodos para borrar las marcas de tinta en la piel.
Durante un recorrido en Albrook Mall, se pudo ver la presencia de colaboradores tatuados trabajando en varios locales. Ese fue el caso de Jorge, quien labora para una agencia de viajes. A simple vista, el chico alto solo tiene una manga de 'tattoo' en el brazo derecho, pero, confesó que en su cuerpo lleva plasmado 25 tatuajes, los cuales nunca han sido un impedimento para adquirir un empleo.
Así encontramos a Geovana, que ha conseguido trabajos formales por su capacidad, pese a sus dos tatuajes visibles: uno en su muñeca con los botones de mando de la consola Playstation y otro de un lobo siberiano en el brazo derecho. Confesó que es la única tatuada de todos sus compañeros de trabajo.
Said también tiene tatuajes y muchos son visibles. Son tantos que no los cuenta. De hecho, son diseñados por él mismo. Said dijo que siempre supo que iba a trabajar en un lugar donde se sintiera cómodo, porque es lo primordial que busca a la hora de conseguir un empleo. En un local de perfumería se encontraba Bill, con un gran tatuaje visible en el antebrazo. Bill ha tenido tres empleos formales en locales de maquillaje; admitió que en esos comercios, los tatuajes "no son un problema a la hora de trabajar".
Lo profesional es valorado
Las empresas aceptan los tatuajes profesionales, aquellos diseños que a simple vista son calificados como de buena calidad. De acuerdo con Gutierrez, los tatuajes realizados por las manos de un profesional son totalmente diferentes a los que son vinculados con la delincuencia, pues estos últimos se caracterizan por ser de baja calidad, hechos por una mano inexperta.
El costo de los tatuajes van desde los 25 dólares hasta mil dólares, todo depende de lo que quiera el cliente, expresa el especialista en tatuajes. En el local de Gutierrez, todos los días tiene clientes diferentes, incluso admitió que ha trabajado proyectos, como los hace llamar, que es cuando los tatuajes son hechos en sesiones, que terminan con un 'acabado fino' que cuesta arriba de los mil dólares.
¿Por qué son asociados con delincuencia?
Para el sociólogo Gandásegui, los tatuajes son vinculados con 'maleantería' por las diversas imágenes que transmiten en el cine, pues allí se recrea el pasado de las personas que vivían en las áreas menos favorecidas de las ciudades de América y Europa. En ese entonces, los tatuajes eran lucidos por marineros, exconvictos y soldados que sobrevivían a las guerras. Incluso, el cine y la televisión aún conservan esas imágenes negativas. Un ejemplo claro es el prototipo de pirata embarcado que ataca a las islas del Caribe.
Aunque todavía hay personas que relacionan los tatuajes con pandillerismo, para los amantes de la tinta son una obra de arte, cada uno con su significado y vivencia personal. De acuerdo con el tatuador Jean Gutierrez, en otros países hay personas que se tatúan para identificarse con alguna banda de delincuentes, pero en Panamá, ese no es el caso, asegura.