¿Cómo fue tu experiencia cuando empezaron a asomarse tus senos? ¿Recuerdas aquel momento en el salón cuando tus compañeras ya tenían pechos y tú no? O cuando conversaban sobre quién las tenía más grandes... sin duda muchas historias deben haber en este tema. Para algunas esta parte del desarrollo femenino provocó sentimientos de vergüenza e incomodidad, mientras que para otras la presencia de sus senos era una señal de triunfo femenino sobre las que no tenían, pues sí... las mujeres podemos ser bastante competitivas, ¿o no?
Los senos, “las bubis”, tetas (entre otros nombres) a lo largo de la historia han tenido su participación como perpetuadoras de la especie humana. El reportaje de Documentos TV sobre las operaciones de aumento de pecho, menciona que en los años 50 eran alzados como dos torpedos; un ejemplo, la actriz Marilyn Monroe; mientras que en los años 60 con la liberación de la mujer y la revolución sexual, el sujetador fue rechazado y visto como un yugo opresivo. En los años 80 regresan y se ponen de moda, y en los 90 aparece y revoluciona el mundo femenino el famoso sostén “wonderbra”. Desde ese entonces y hasta la fecha, medios y anuncios publicitarios envían otro tipo de mensaje: que entre más grandes, más atractiva te verás para ellos.
Pero, ¿qué dicen las mujeres sobre este tema? Consultamos con tres chicas de diferentes tallas y le preguntamos qué representa para ellas su busto. Y a ellos, si realmente les atrae el tamaño.
Mónica, 30 años, diseñadora
“Para mí representan una evidencia física de una parte de mi feminidad, independientemente del tamaño” y añadió, “tenía nueve años cuando me empezaron a crecer, recuerdo que mi primer sostén me lo compró mi papá; poco antes de iniciar el primer día clases, fue medio vergonzoso”. ¿Importa el tamaño? “No creo que tenga algo que ver para garantizar ningún tipo éxito, aunque vivimos en una sociedad que les hace creer a las mujeres que son más ‘sexy’ con una copa más grande, lo que es falso, para mí”. “Lo cierto es que cuando empecé a usar ‘brassier’, sentí que tenía algo que proteger”.
Laurie, 28 años, vestuarista y bióloga
“Para mí, el no tener senos grandes es lo mejor, no tengo dolor de espalda y puedo usar ropa sin “bra”, eso me encanta”. Así también comentó, “sin duda alguna es un atractivo sexual que radica en la biología para los machos, las mujeres que tienen pechos grandes y curvas están representadas inconscientemente como buenas para parir crías”. A parte de esto, Laurie opinó que hay mujeres que obtienen cosas por su cuerpo, “hay mucha gente con ese “trip” físico, no sé cómo se dice, pero es casi una cultura: el culto por el cuerpo”, puntualizó.
Mery, 29 años, abogada
“Para mí son una fuente de vida, fuente de alimento, expresión de feminidad. Cuando por fin asomaron tenía 11 años, fue una experiencia traumática por la vergüenza que supone desarrollarse, pero también muchísima curiosidad por saber qué vendría con esto, y me refiero específicamente si me vería tan grande y bonita como mis amigas”, y agregó que lo único que garantizan es muchas miradas incómodas, “no el éxito, eso te los ganas con la perseverancia, la inteligencia y el trabajo constante”, acotó.
Natalia, 28 años, estudiante
“Yo las veo como una parte más de mi cuerpo y no como un objeto que tengo que estar exhibiendo”. En cuanto a la edad, Natalia comentó: me salieron aloaños, “fue una etapa traumática en mi vida, ya que el solo hecho de que se me notaran me daba demasiada vergüenza. Desde chica me gustaba compartir más con los niños porque las chicas hablaban más de hombres, y eso me daba mucha pereza”, y añadió: “A medida que fui creciendo y mis senos fueron cambiando, así también mi pensamiento hacia ellos, ya quería utilizar “brassier”, hasta me sentía atractiva”. Considero que la capacidad de una mujer no se mide por el tamaño de sus senos, pero sí sé de muchas que viven en la competencia de quien esté más bella tiene más oportunidades, expresó.
Ellos opinan
No hay por qué generalizar; sin embargo, hay hombres que tienen sus gustos y su manera de pensar al hablar de senos. Para Mario Grenald, quien es doctor y cirujano, el tamaño es algo a lo que, en lo personal, no le da importancia; él opina que no es lo mismo preguntarle a un adolescente hormonal que a un hombre que ya pasó por esta etapa, “uno va variando con el tiempo, va madurando. Aunque sí creo que hay una influencia cultural fuerte hacia lo grande, por lo tanto —las lolas— llaman la atención inconscientemente. Incluso las mujeres se le quedan viendo a una ‘tetona’ con escote”.
Para Walter (arquitecto de 34 años): “La mujer es un paquete entero, no solo algo material”. Él, al igual que Mario, concuerdan en que todo tiene una etapa, la cual ya pasaron; “en este momento no me siento inclinado a un tamaño en especial, me fijo más en la mujer en sí que en sus pechos”.
Lo que dicen los profesionales
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