G.Prestan / M. Bachor
¿Es el camino a las drogas más adictivas?, ¿es la solución a enfermedades?, estos son algunos de los cuestionamientos más comunes que existen alrededor de la marihuana. El primero no tiene una base científica que lo sustente, mientras que el segundo más que una solución a enfermedades es un alivio para pacientes con esclerosis múltiple o espasmos musculares graves, tipos de cáncer que provoquen dolor crónico, náuseas o vómitos, epilepsia o convulsiones, glaucoma, Enfermedad de Crohn, VIH/sida, Síndrome de Tourette, esclerosis lateral amiotrófica, anorexia, entre otras enfermedades.
A este punto es importante aclarar el porqué, simplemente si leemos marihuana podríamos pensar miles de cosas, pero marihuana medicinal se refiere específicamente al uso de toda la planta de marihuana o extractos crudos (que se presentan en forma de tabletas, aceites, pulverizadores bucales, parches, entre otros) de esta para tratar una enfermedad o síntoma.
La literatura científica ha analizado los efectos de la marihuana en la salud y existen más de 20 mil estudios publicados referenciando a la planta de cannabis y sus compuestos. Cerca de la mitad de estos estudios fueron publicados en los últimos 5 años, de acuerdo con la búsqueda de palabras claves en PubMed Central, la principal base de datos sobre estudios médicos en Estados Unidos. Más de 1,400 artículos fueron publicados en revistas, solo en 2013.
La marihuana no es una sola planta, sino una familia completa, las cannabáceas (familia Cannabaceae). De estas, la Cannabis sativa L. y la Cannabis indica L. son las que se acostumbran a fumar porque tienen la más alta concentración de unas sustancias llamadas cannabinoides. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, estos compuestos químicos, en particular el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), producen efectos en el organismo, algunos de los cuales afectan la función cerebral. En general, el THC deprime el sistema nervioso central, es decir, genera sensación de bienestar y tranquilidad, reduce la ansiedad y puede provocar euforia. Además, puede estimular el apetito y reducir las náuseas y los espasmos (acción antiespasmódica). Los medicamentos a base de THC aprobados por el FDA se usan con este propósito. El THC también puede ayudar a disminuir el dolor, la inflamación (hinchazón y enrojecimiento) y los problemas relacionados con el control muscular. Mientras, el CBD (no tiene ningún efecto en la mente o comportamiento) reduce la ansiedad, puede ayudar a atacar las células cancerosas en el cáncer de mama y tiene acción anticonvulsiva.
Medicamentos aprobados que contienen cannabinoides
Hay dos medicamentos aprobados por el FDA (Administración Federal de Drogas y Alimentos) que contienen THC: dronabinol y nabilone. Estos se utilizan para las náuseas causadas por la quimioterapia y para estimular el apetito en pacientes con una pérdida de peso extrema causada por el sida.
El dronabinol, comercialmente se conoce como Marinol, los efectos que presenta son similares a los que pueda tener las flores del cannabis secas. Se distribuye en Estados Unidos, Alemania, Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Normalmente se utiliza para disminuir los vómitos y náuseas causados por la quimioterapia.
El nabilone, por otro lado, es comercialmente conocido como Cesamet, contiene un cannabinoide sintético similar al THC. Se distribuye en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda y Australia. Se ha observado en diferentes ensayos clínicos que tiene beneficios para aliviar el dolor crónico en pacientes que sufren cáncer, esclerosis múltiple, fibromialgia y dolor neupático.
En países europeos como Reino Unido; Canadá y varios países latinos han aprobado el uso de nabiximols (Sativex®), aunque en Estados Unidos este medicamento no ha sido aprobado para su venta. Sativex es un producto farmacéutico producido por la compañía británica GW Pharmaceuticals. Es un preparado farmacéutico derivado del cannabis y tiene como principios activos THC (tetrahidrocannabinol), y CBD (cannabidiol). Se presenta en forma de pulverizador bucal, debe aplicarse directamente en la boca, no por inhalación y la absorción del medicamento se produce a través de la mucosa oral para pasar al torrente sanguíneo y distribuirse por todo el organismo.
“Las presentaciones que hay en la cannabis medicinal son: aceites, gotas, spray, cápsulas y pomadas. Soy de Chiriquí y aquí en la frontera con Costa Rica hay cremas que venden, se llama Mariguanol, y la mayoría de las señoras que me han tocado el tema, a todas les ha funcionado. Señoras con artritis, enfermedades inflamatorias, y sí hay una mejoría”, nos comentó el diputado José Luis Castillo, quien presentó el anteproyecto de ley N.° 595 en Panamá.
Legalización en el mundo
La aprobación del uso de los componentes cannabinoides en el campo medicinal ha sido un debate que ha ido en aumento en los últimos tiempos. El periodo entre los años 2016 y 2017 fue uno importante para aquellos que están a favor de esta medida. Latinoamérica fue la que se puso a la vanguardia el año pasado con respecto a esta temática.
Uruguay fue el primer país que postuló precedentes con un sistema integral de regulación del cannabis. Este país puso en marcha en julio del 2017 la venta de marihuana de uso recreativo en farmacias, a un precio de unos 6 dólares el paquete, con lo que completó la regulación de la ley aprobada en diciembre de 2013 bajo el gobierno de José Mujica (2010-2015).
A partir de allí, otros países como Paraguay (el mayor productor de marihuana ilegal de Sudamérica) siguieron el modelo. En este país, el Senado aprobó una ley para reglamentar la producción y uso del cannabis y sus derivados para la investigación médica y científica. Perú siguió los pasos aprobando una normativa que regula el uso medicinal y terapéutico de la marihuana y sus derivados, como el aceite de cannabis. Colombia, Argentina y México fueron algunos de los otros países que el año pasado regularon y legalizaron el uso de marihuana medicinal.
En el caso de Chile, el primer consumidor de Sudamérica de marihuana (según una encuesta de 2017 de la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Londres), cuentan con una ley que ampara el cultivo de la planta para “su uso personal exclusivo y próximo en el tiempo” y desde diciembre de 2015 dispone de una legislación que autoriza la elaboración y venta de medicamentos derivados de la marihuana.
En el resto del mundo, el uso de la marihuana para fines medicinales se da en países como Canadá (donde desde julio del 2014 se inició el proceso para regular el cultivo de la planta para uso medicinal), Jamaica, Puerto Rico, Reino Unido (desde el 2003), Dinamarca, Portugal, Alemania, República Checa, Croacia, Grecia e Israel (desde 1995, el Ministerio de Sanidad fomenta el uso medicinal del cannabis).
Panamá está viviendo su momento, el Anteproyecto de Ley N.° 595, propuesto por el diputado José Luis Castillo, médico y presidente la Comisión de Salud, se encuentra en segundo debate en el pleno de la Asamblea Nacional. Hablamos con él para saber qué cosas lo llevaron a realizar su propuesta: “Nació del clamor de muchos padres de familia que han hecho lo imposible por traer los medicamentos de afuera para pacientitos con epilepsia y otros con convulsiones, por enfermedades como el Síndrome de Lennox, hay un 30% de pacientes que son refractarios al tratamiento, o sea, el tratamiento convencional no les funciona y que han encontrado una alternativa en la cannabis medicinal”. El diputado, además, explicó que el anteproyecto de ley no busca legalizar la marihuana para uso recreacional. “Sus usos no son de ahorita, es una planta milenaria, en otros países está legalizada y hasta para uso recreacional, pero esa no es la intención del anteproyecto de ley. No tiene nada que ver con fumar, drogadicción, el único tabú que existe es que la materia prima que se obtiene para la producción de estos medicamentos es de la marihuana”, explicó.
Según lo que está pautado hasta ahora en el anteproyecto, los medicamentos serán despachados por personal idóneo. “Esto tampoco lo va a recetar cualquier médico, van a tener que ser especialistas y va tener que ser despachado a nivel de farmacia hospitalaria. Cada paciente tiene contar con un carné, intransferible, con código de barra y foto del usuario”, comentó el diputado Castillo.
Para el segundo debate en la Asamblea existen algunos planes que se quieren alcanzar. “Queremos traer a un experto de Israel, están coordinando esto con la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, para que exponga sobre la experiencia con el uso de la marihuana. Tienen más de 25 mil personas que se benefician con este medicamento”.
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El testimonio de una madre panameña
Erika Nota es una de las tantas madres panameñas que ha recurrido al aceite medicinal de cannabis como método alternativo para tratar a su hijo Rocco, quien tiene actualmente 5 años; desde que tiene nueve meses sufre de parálisis cerebral en sus partes psicomotoras y le detectaron Síndrome de West primero. Junto a su familia, Erika viajó a otro país a buscar alternativas (primero a Cuba). Allí determinaron que Roco tenía Síndrome de Lennox-Gastaut, una variante de epilepsia infantil de difícil control. Rocco cumplió 2 años estando en Cuba y en su haber había probado más de ocho anticonvulsionantes. “Es muy difícil, él convulsionaba de 20 a 30 veces al día, es muy difícil para una mamá. La epilepsia es algo de lo que no se habla, y simplemente es una condición, pero lo tenemos como oculto”, nos explicó Erika.
Los ataques se redujeron de 20 o 30 al día a cinco, pero no se iban. “Recuerdo todavía que teníamos que anotar en el momento que le estaba dando el ataque, anotar la hora exacta, cómo era el ataque, si se le movían los ojos, el cuerpo...”, nos contó Erika.
Siguieron buscando alternativas hasta que conocieron al Dr. Rubén Kuzniecky, él pertenece a la Fundación Luces aquí en Panamá, pero es una eminencia en Estados Unidos, especialista en Epilepsia. Erika y su familia realizaron una cita en Nueva York con él y asistieron tratando de ver qué otras alternativas existían. Allí le hicieron exámenes a Rocco, le cambiaron los medicamentos y le recomendaron probar con la dieta cetogénica. Erika tenía tres años luchando contra la condición de su hijo y fue allí dónde comenzó a indagar e investigar por el cannabis medicinal. El médico se la presentó como una alternativa complementaria para el tratamiento de Rocco y comenzaron a utilizar aceite de cannabis, llamado en Estados Unidos Charlotte's Web, producido por los hermanos Stanley en Colorado.
“Todos crecemos con ese estigma de la marihuana. Cuando yo escuché por primera vez de la marihuana “per se”, no tenía idea que había un derivado o que se podría extraer de esa planta algo que podía ayudar a muchas condiciones médicas”, comentó Erika.
Roco tiene dos años sin sufrir aquellos ataques, todavía posee algo de actividad convulsiva en su cerebro porque es el origen de su síndrome, pero sus encefalogramas han mejorado. Ha comenzado el colegio y su conexión con el mundo que lo rodea ha mejorado radicalmente. “Uno siente mucha impotencia de no saber qué es lo que está pasando en ese cerebro, y si esta es la alternativa que yo tengo para mejorar la calidad de vida de mi hijo, por qué no luchar para importar este tipo de medicina”, expresó la presentadora de televisión.