- Para Padres
La batalla contra el gran misterio de la vida de los bebés puede ser desesperante, pero aquí te damos ideas para ganarla y que llegue la calma.
Llega cierta hora del día y tu bebé comienza a llorar, pruebas de mil maneras, pero parece ser que nada lo calma. Los cólicos del lactante llegan a ser un dolor de cabeza y desesperación para muchos padres, y qué decir de las madres primerizas.
Sin embargo, no siempre que ocurra el fenómeno del llanto es porque tu pequeño padece cólicos. Para reconocerlos hay tres reglas llamadas “los 3 de Wessel” (por el pediatra que describió el fenómeno por primera vez). El llanto...
- Aparece antes del tercer mes de vida (generalmente no antes de los primeros 15 días).
- Dura tres o más horas al día (normalmente el inicio es a última hora de la tarde).
- Se prolonga durante tres o más días a la semana.
¿Qué son?
Los cólicos no son una enfermedad y puedes quedarte tranquila, no le harán daño a largo plazo a tu bebé. Aunque están asociados a molestias intestinales, la verdad es que no está muy bien definida su procedencia. Algunos dicen que es el estrés o cansancio, mientras que otros, como la Dra. Amalia Acre, pediatra y escritora en el blog “Diario de una mamá pediatra”, especulan que se deben a la inmadurez fisiológica.
¿Cuánto duran?
Esto será como una montaña rusa, el punto cúspide se dará a las seis semanas, después comenzará a disminuir. En total, el proceso puede durar de tres a cuatro meses. Del 80% al 90% de los bebés superan el cólico para cuando cumplen los 4 meses.
Estrategias
El centro español ‘Baby Center’ aconseja las siguientes prácticas para calmar los dolores en los pequeños.
- Prueba los probióticos: según estudios en el tema, los bebés que padecen cólicos tienen una fibra intestinal diferente. Los probióticos han ayudado a reducir los síntomas del cólico.
- Agua tibia: una bolsa térmica para agua te ayudará a sobrellevar la situación, asegúrate de que no esté muy caliente y ponla sobre el área intestinal del niño.
- Masajes: hay casos en los que ayuda, pero en otros casos puede sobreestimularlo. No está comprobado que el cuidado quiropráctico ayude a aliviar el dolor.
- Muévelo: a la mayoría de los bebés los tranquiliza, hazlo en una silla mecedora o en un columpio.
- Pasea en carro: muchos papás aseguran que este es el secreto para distraerlos.
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