Vegetarianismo: ¿moda o salud?

Jue, 09/14/2017 - 15:22

Se cree que en los últimos tiempos, aproximadamente, un 10% de la población mundial está optando por excluir alimentos de origen animal de sus dietas.  Para muchos, las razones primordiales de tomar esta decisión giran en torno a aspectos éticos – ecológicos, sin embargo, en otros casos pueden ser por razones de salud.

Hoy día la tendencia al vegetarianismo es más notoria debido a la información que se encuentra en redes sociales que invitan a formar parte de esta preferencia, pero si has pensado en relacionarte con este estilo de comida, debes tener en cuenta los siguientes aspectos.

Sus beneficios para la salud 

Una dieta basada en alimentos de origen vegetal se asocia con la disminución del riesgo de toda causa de muerte, incluyendo las enfermedades crónicas.

Se ha demostrado que se puede reducir hasta 40% el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, 29% de padecer de accidentes cerebrovasculares (derrames) y  hasta un 34% menos riesgo de padecer hipertensión arterial, además contribuye en la prevención o tratamiento de otras como obesidad, síndrome metabólico, dislipidemias (elevación de lípidos en la sangre)  y   diabetes mellitus tipo 2. 

Alerta: Déficit de nutrientes esenciales

A pesar de lo que muchos autores puedan argumentar sobre carencias de nutrientes en este tipo de alimentación, se ha demostrado que una dieta vegetariana equilibrada tiene amplios beneficios para la salud, siempre que se compensen sus principales deficiencias nutricionales que son hierro, vitamina B12 y calcio. La falta de estos nutrientes será más evidente dependiendo de las características de su alimentación.

Encuentra el balance perfecto

Algunas recomendaciones para cubrir tus necesidades nutricionales son:

Proteínas: según el estilo de vegetarianismo que lleves necesitarás el aporte de proteína de origen vegetal en mayores cantidades, para esto debes incluir frutos secos (almendras, nueces, etc.); leguminosas (garbanzos, lentejas, etc.); cereales (avena, trigo, centeno) y soya. 

Hierro: el nivel de absorción del hierro en alimentos de origen vegetal es  menor en comparación con el proveniente de las carnes, sin embargo, existen técnicas para procurar una mejor disposición.  Evite consumir café o té junto con las comidas, incluya alimentos con vitamina C  ya sea en forma de ensaladas (pimentones con tomates y brócoli) o jugos (limonada). Además, la fermentación y el remojo de leguminosas (lentejas, soja, etc.)   y cereales (trigo, centeno)  mejora la disponibilidad del hierro y del zinc.

Vitamina B12: incluir alimentos enriquecidos con esta vitamina al igual que la suplementación será necesaria. Se debe mantener especial vigilancia en embarazadas y tener en cuenta que una alimentación ovo-lacto-vegetariana puede no cubrir las necesidades de este nutriente.

Calcio: incluya alimentos como espinacas, berro, frutos secos, soya para obtener calcio de origen vegetal.

La suplementación será  necesaria    cuando no se puedan cubrir las necesidades nutricionales con la alimentación normal. Periodos como crecimiento, embarazo y lactancia, suelen ser momentos susceptibles a mayores deficiencias.

Sea cual sea el motivo por el cual decidas optar por este estilo de vida, ten en cuenta sus limitaciones, beneficios y retos. Buscar la ayuda de un profesional te brindará la seguridad de una buena nutrición y un estado de salud óptimo. 

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