- Nutrición
Una alimentación desequilibrada durante la infancia puede causar enfermedades y deficiencias en el presente, al igual que consecuencias desfavorables para la salud en el futuro.
La alimentación durante la infancia es importante, no solo para prevenir aparición de enfermedades y deficiencias en el presente, sino para evitar consecuencias desfavorables para la salud cuando crezcan y sean adultos.
Algunos de los aspectos que impactan en cómo se alimenten hoy son sus gustos y preferencias, que determinan la forma en que ese niño preferirá comer más adelante. Esto, sobre todo, en los primeros 2 años de vida, cuando ocurre gran parte del crecimiento y desarrollo cognitivo, por ello es ideal preferir suprimir de su alimentación productos como el azúcar añadido y la sal (condimentos, sazonadores, etc.) y promover lo que llamamos una alimentación perceptiva de los sabores, tal cual como son de la naturaleza.
En el caso contrario, al darle productos azucarados (con azúcar agregada) y sal, la adaptación de sus papilas gustativas y demás mecanismos internos relacionados con la elección, se tornarán más hacia este tipo de productos, incluso en su vida adulta.
Algo súper interesante que se está estudiando más en estos días es la microbiota intestinal, (aquí ya hemos hablado un poco de ella en otras notas) … Y es que la relación con nuestra salud es gigante. Un estudio1 que se realizó en roedores, presenta la hipótesis de que exponer a los infantes a un tipo de alimentación alta en grasas y azúcares, puede causar daños en su microbiota intestinal, aun en años posteriores a la pubertad. Aunque falta más investigación al respecto, sabemos que la microbiota intestinal (conjunto de microorganismos que coexisten en nuestro intestino) tiene muchas funciones relacionadas al sistema inmune, metabolismo e incluso formación de nutrientes, por lo que un desequilibrio importante puede alterar todos estos aspectos en nuestra salud.
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Por otro lado, la actividad física también parece tener un efecto positivo en este conjunto de bacterias, virus y demás que nos ayudan a mantenernos protegidos y saludables. Recuerda que en los pequeños la actividad física también es importante para el fortalecimiento de sus huesos y músculos, entre el desarrollo de otras habilidades necesarias según su edad. Recomendamos un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física, que puede ser dividida en 2 sesiones de 30 minutos con dinámicas de juegos. Claro está que ahora ellos están más en casa nos toca ponernos muy creativos para mantenerlos en más movimiento.
1. Referencia del estudio: Monica P. McNamara, Jennifer M. Singleton, Marcell D. Cadney, Paul M. Ruegger, James Borneman, Theodore Garland. Efectos de la vida temprana de la dieta occidental juvenil y el ejercicio en la composición del microbioma intestinal adulto en ratones. La Revista de Biología Experimental, 2021; jeb.239699 DOI: 10.1242/jeb.239699