Una de las preocupaciones que toda mujer tiene es la de alimentar de manera saludable a su familia. En ocasiones, factores como el estilo de vida agitado, el precio de los alimentos y las ocupaciones laborales, son causantes de que “lo rápido” sea lo que resuelve al momento de preparar o adquirir las comidas, y desencadena una mala alimentación que afecta el estado de salud actual y futuro. Para empezar a organizar tu plan de alimentación en casa, toma en cuenta que todo se basa en compras inteligentes; sin embargo, sabemos que no es tan sencillo como parece.
La doctora Gina Hernández de Lombardo, directora médica de Medi Fitness, nos da las siguientes recomendaciones:
Planificación. Realiza un menú semanal o mensual en el que estén reflejadas las necesidades de los miembros de la familia, sus preferencias y el número de comidas.
En el supermercado. Al comprar frutas, verduras o carnes, debes verificar que reúnan las mejores condiciones de conservación e higiene, ya que son alimentos altamente perecederos. Asimismo debes leer las etiquetas de todos los productos para saber la fecha de expiración. Otra recomendación es comparar precios y comprar lo que más se ajuste a tu presupuesto. En este punto es importante no dejarse llevar por la publicidad y al asistir al supermercado, evita ir con el estómago vacío.
Alimentos frescos. Asegúrate de que cada una de las frutas, vegetales o verduras que compres esté libre de golpes, que tengan sus colores bien vivos y que no presenten mal olor. La recomendación para los empaquetados es que deben estar libres de líquidos en el interior del envoltorio.
Leer la información nutricional. Antes de llevar el producto a la carretilla, debes fijarte, no solo en la cantidad de calorías, sino también en la calidad de las mismas. Para facilitar este tema, los alimentos “light” aportan un tercio de las calorías del producto original o 50% menos grasa o 50% menos sodio. Sin embargo, esto no representa que puedan consumirse de forma ilimitada. Si se desea un alimento bajo en grasa, debe tener 3 gramos o menos de grasa por porción. Para consumir alimentos bajos en sodio, estos deben proporcionar 140 mg o menos de sodio por porción. Los bajos en colesterol proporcionan 20 mg o menos de colesterol por porción. Si un alimento o bebida aporta menos de 5 calorías por porción, se considera sin calorías.