Lun, 06/17/2019 - 06:00
- Nutrición
Las razones por las que nuestro cuerpo puede inflamarse son variadas, y no siempre tienen que estar ligadas a lo que comemos, por ejemplo puede ocurrir posterior a una cirugía, a causa de un accidente físico como un golpe, alguna lesión o alergia en la piel, durante el periodo menstrual, entre otros posibles casos.
¿Eres de los que vive a menudo con el abdomen distendido, te sientes pesado y en ocasiones sin ganas de nada más que estar acostado? Podrías estar pasando por un proceso inflamatorio. Veamos…
Quizás como a mí, te ha pasado que escuchas comentarios como: “estoy inflamada porque comí o bebí demasiado”. Y uno se pregunta: ¿será cierto? ¿por qué a mí no me pasa igual?
Aunque puede ser de manera diferente en cada persona, el proceso de inflamación es completamente normal y necesario para mantener la armonía en el cuerpo, y es que este aparece ante estímulos de agresión como respuesta de nuestro sistema de defensa. En otras palabras, es la demostración de que nuestro cuerpo está luchando por retomar el equilibrio y asegurar que todo marche como debe ser.
¿Inflamación o gordura?
Las razones por las que nuestro cuerpo puede inflamarse son variadas, y no siempre tienen que estar ligadas a lo que comemos, por ejemplo puede ocurrir posterior a una cirugía, a causa de un accidente físico como un golpe, alguna lesión o alergia en la piel, durante el periodo menstrual, entre otros posibles casos. Estas son situaciones donde la inflamación suele aparecer abruptamente.
Sin embargo, existe otro tipo de inflamación que se puede desarrollar poco a poco a partir de consumir ciertos alimentos. Por eso que se dice que la obesidad es una enfermedad inflamatoria, porque va generando cambios fisiológicos a partir de nuestros hábitos alimenticios y de estilo de vida. Pero no es un proceso inmediato sino progresivo, lo que lo hace realmente peligroso y determinante en nuestra salud, ya que se combina el aumento de grasa corporal que caracteriza la obesidad y sobrepeso, a la vez que se está produciendo una gran inflamación.
Es por esto que en ocasiones, al limitar ciertos alimentos, se tiende a perder peso corporal rápidamente y además muchos centímetros, y es que no solo se pierde grasa sino que el cuerpo deja de estar inflamado.
¡Peligro! Inflamación inminente
- Azúcar. Ya sea refinada o sin refinar, por medio de otras fuentes (mieles) o en su forma más original, el exceso de azúcar es una de los productos PRO- inflamatorios que más se consumen. Esto debido a que no solo la ingerimos para endulzar el café o el té, sino que también está presente en la manufactura de muchos productos que ni nos imaginamos, como salsas de tomate, yogurts con sabores, dulces, galletas, bebidas, entre otros.
- Grasas perjudiciales. Si leíste bien, que te perjudican, porque son sometidas a procesos que las vuelven trans, o a altas temperaturas provocando que su composición química cambie y esta sea tóxica para el cuerpo, creando inflamación. Les hablo de los aceites comunes para freír como el de soya, girasol, canola, o en su defecto, el vegetal, que no es más que la mezcla de todos ellos. También los hidrogenados como la margarina hacen daño.
- Alimentos UP. O ultra procesados, que son aquellos a los cuales se les añade gran cantidad de sustancias químicas por múltiples motivos, como dar color, sabor, textura y alargar sus años de vida —del alimento no de nosotros—. El concpeto está más ligado a la comida chatarra y algunos empacados.
- Gluten. A esta proteína presente en el trigo y otros cereales como cebada, centeno, en panes, cremas, pastas y hasta en aderezos, se le atribuye la característica de producir alergias e intolerancias en ciertas personas. Aunque algunos expertos en la materia reconocen que no es necesario sufrir de estas afecciones para experimentar los efectos pro inflamatorio de esta sustancia, realmente es un debate arduo y que aún parece no estar totalmente aceptado.
- Alcohol. Cuando es consumido en exceso su impacto en el desequilibrio del agua corporal puede desencadenar tanto deshidratación como en inflamación.
- Lácteos. Si existe alguna intolerancia o alergia, ya sea a la lactosa o a la proteína de la leche de vaca, o por otro lado la digestión de la grasa que aporta es pesada para ti, los lácteos pueden ser la razón de las constantes distenciones abdominales. En este caso es importante que evalúes a fondo esta situación con un médico especialista.
Medicina en tu cocina
Ya hemos dicho que la inflamación es parte del proceso de defensa de nuestra máquina perfecta, pero la naturaleza sabia, como de costumbre, también nos da la solución en las manos. Hablamos de sustancias contenidas en los alimentos como fitoquímicos — también llamados fitonutrientes— que son compuestos activos anti inflamatorias, al igual que los ácidos grasos poliinsaturados.
Alimentos como frutas y vegetales, contienen de estos nutrientes en dosis adecuadas. Guayaba, uvas, mango, piña, frutos del bosque (fresas, moras, arándanos); manzana, brócoli, noni, cebolla; semillas de linaza y chía, aceite de oliva extra virgen y nueces; especias como la cúrcuma, té verde y jengibre, te ayudaran a regular tu organismo para que ya dejes de sentirte pesado e incómodo.