5 cosas que esconden los menús

Mar, 04/26/2016 - 15:59
Vas con la idea de comer una ensalada y sopa, pero terminas pidiendo una hamburguesa y postre. Aquí te explicamos qué es lo que sucede.

foto: wildfox.com

La mayoría de los negocios de comida basan su estrategia en el neuromarketing, el cual  consiste en buscar correlatos biológicos o bioquímicos en el cerebro y asociarlos a una necesidad de compra. “Su objetivo no es engañar al cliente, sino guiarle hacia un determinado lugar, usando el marketing de siempre pero a un nivel neuroquímico”, explica Juanma Barberá, especialista en la materia y director de gastronomoymas.com. Te decimos las situaciones donde estará aplicado y tú terminarás pecando.

 

1. Menú con apetitosas fotos

Un estudio de la Association for Consumer Research (EE.UU.), mencionó que los menús con fotos hacen que las personas cambien de opinión sobre su pedido. Tienes que saber que estas fotos son producidas, mejor es que preguntes al mesero sobre las opciones que llaman tu atención por sus ingredientes.

Por ejemplo, a mí recientemente me pasó fui a un restaurante americano en busca de una hamburguesa sencilla, y por ver la foto terminé pidiendo otra que no sabía para nada bien y costaba más.

 

2. Los precios

“Existe un número maldito, que hace que todo parezca más caro y que es difícil ver en cualquier precio: el siete”, asegura Juanma Barberá. ¿Los favoritos del cerebro? Los precios acabados en 5, y también en 0 y en 9, son los más atractivos para nuestra mente.

 

3. Las controversiales ensaladas

Pedir una ensalada puede ser todo un reto, cuando mi miramos el menú vemos opciones con trocitos de bacón, salsa con mayonesas, con papas, y puedo seguir... a tal punto que es poco probable que veamos una opción realmente saludable. Lo otro que también puede llamar tu atención es que tan salubre es el lugar donde cocinan, como sabes las verduras pueden ser alimentos bastante difíciles que limpiar.

 

4. Menús cortos

Un estudio de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) concluyó que en restaurantes de comida rápida, nos basta con seis elecciones por categoría (entradas, pollo, pescado, verdura, pasta, carne, hamburguesas y sándwiches, y postres). En los convencionales con siete entrantes, siete postres y 10 platos principales la cosa está resuelta. Y se hace de esta forma para el cliente pida rápido la opción.

 

5. Ingredientes con atractivos adjetivos

Los productos con lenguaje descriptivo, como “carne jugosa” o “tiernas habichuelas",  se venden un 27% más y a los clientes les parecen más sabrosas, sin importarles el precio o su valor nutricional. Además, las frases nostálgicas (“flan de la abuela) resultan más atractivos.

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