Esta será otra eterna discusión en el rubro de la nutrición. Qué si la leche es buena o mala, necesaria o no, etc, etc, etc...
Lo que nadie puede negar al final del camino, es que los lácteos son una fuente esencial de probióticos, y estos son necesarios para nuestro organismo. Los probióticos son microorganismos amigables llamados bifidobacterias, y tiene como función principal ayudar al cuerpo a absorver nutrientes y evitar el sobrecrecimiento de bacterias malas. Esto, al final del día, se traduce en un equilibrio de nuestro sistema inmunitario y salud digestiva.
Además de esos beneficios, hay uno super interesante: los probióticos mejoran la calidad de nuestra piel, sobretodo de aquellas sencibles, esto es porque estos microorganismos tienen la capacidad para aumentar en nuestro cuerpo sustancias antiinflamatorias.
Así que, para disfrutar de estos beneficios, lo único que deberás hacer es incluir en tu dieta buenas fuentes de probióticos. Y no te creas esa mentira de que solo están presentes en los lácteos... no solo de verduras, frutas y pescado se compone una dieta sana. ¡Apunta para la próxima visita al supermercado!
1. Yogur
Este es el alimento clásico para llegar a nuestra meta. Pero hay un dato interesante, hay yogures que no poseen la cantidad adecuada de probióticos como para marcar una diferente. Por eso, cada vez que vayas a escoger uno de la nevera, te conviene leer la etiqueta. Allí podrás conocer la composición del producto. Por lo general, si hay términos como "cultivos vivos y activos", quiere decir que ese se irá contigo a casa. Un dato: el yogur griego quizás sea la opción más rentable del supermercado... pero de todas maneras lee la etiqueta.
2. Sopa de Miso
De seguro conocerás este plato de alguna película Oriental que hayas visto. El miso es una pasta elaborada con centeno fermentado, y además de tener la capacidad de disolver el colesterol, regular el equilbirio hormonal de una mujer por su alto contenido en isoflavonas y tener un gran poder antioxidante, es un excelente alimento probiótico y un potente regulador digestivo.
3. Chocolate Negro
Hemos conversado muchas veces de las bondades del chocolate. Pero nunca de esta: contiene más probióticos que los lácteos y además menos calorías. Consumirlo te ayudará a disminuir el estrés y la ansiedad. ¡Otra excelente excusa para comerte un cuadradito todos los días!
4. Chucrut alemán
Es una receta típica alemana. Consiste en hojas de Col fermentadas en agua con sal, quizás no suene tan atractivo, pero créanme que es un sabor distinto y muy rico. Además de su alto contenido en bacterias probióiticas, es rico en vitaminas A, B, C y E. Si no te animas a consumirlo solo, puedes tratar de mezclarlo en ensalada en alguna hamburgueza.
5. Microalgas
Hay varias maneras de consumirlas. Una es la clásica alga oriental, que se utiliza por ejemplo en el sushi. Pero otra es via suplementos orales como lo son la chorella, que depura y desintoxica; y la espirulina, ideal para estimular el sistema inmunológico, además de estar llena de nutrientes como vitaminas y ácidos grasos esenciales.
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