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Detectar el Cáncer de Mama desde una fase temprana aumenta la posibilidad de curarlo, explica El Centro Hemato-Oncológico de Panamá.
El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres, este representa el 16% de todos los cáncer femeninos según la OMS. Si usted es una mujer de más de 40 años y le aparece un bulto como un nudo firme o un engrosamiento de la mama o debajo del brazo, podría tratarse de cáncer de mama.
Las pacientes sin antecedentes médicos tienen hasta un 15% de posibilidades de desarrollar cáncer de mama durante su vida. Pero si el cáncer de la mama se detecta en una fase temprana, es mucho más alta la posibilidad de curarlo, sostuvo el Dr. José Luis Amador, oncólogo, del Centro Hemato-Oncológico Panamá.
Las formas de detección temprana más comunes son: la mamografía y el autoexamen de mamas.
Según el Dr. Amador, con la mamografía se busca detectar signos radiográficos tempranos de cáncer, cuando aún no hay síntomas de cáncer de mama. Sobre el examen de la mamografía para la detección temprana, el Dr. Juan Pablo Barés, oncólogo, sostiene que está demostrado que la mamografía reduce en casi un 30% el riesgo de mortalidad del cáncer de mama.
Ambos doctores recomiendan a las mujeres realizarse mamografías periódicas desde los 40 años, y más aún en mujeres de 50 años o más. Mientras más edad tenga la mujer se aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Si hay antecedentes de riesgo en la familia se debe hacer una mamografía a los 35 años, y si es normal, repetirla a partir de los 40 años anualmente.
El autoexamen de la mama también es parte del cuidado y prevención, pero no sustituye ni es equivalente a la mamografía. Aunque no se ha demostrado que el autoexamen de mamas disminuya la mortalidad por cáncer de mama, es importante que las mujeres conozcan bien sus mamas para así poder advertir cualquier cambio e informarlo al médico.
Al hacerse el autoexamen debe observar los síntomas de alarma: Un bulto que se palpa como un nudo firme o un engrosamiento de la mama o debajo del brazo; cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama; secreción del pezón que se produce de forma repentina, contiene sangre o se produce solo en una mama; cambios físicos, como pezón invertido hacia dentro o una llaga en la zona del pezón; irritación de la piel o cambios en esta, como rugosidades, hoyuelos, escamosidad o pliegues nuevos; mamas tibias, enrojecidas e hinchadas, con o sin erupción cutánea con rugosidad que se asemeja a la piel de una naranja; y dolor en la mama que no desaparece.
Los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades, al observar cualquiera de los mencionados debe acudir a su médico de cabecera.
El Dr. Barés concluyó que, es importante evitar la obesidad, llevar una dieta baja en grasas, no fumar, no ingerir licor, hacer ejercicios, evitar el uso de hormonas sin necesidad y tener un control médico anual.
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