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Las personas con síndrome de Asperger presentan dificultad en destrezas sociales, emocionales y de comunicación, además muestran conductas e intereses inusuales. Aprende cómo ayudar a tu hijo o estudiante con los siguientes consejos.
Según la OMS, el síndrome de Asperger (SA) está reconocido como un trastorno generalizado del desarrollo infantil, el cual está dentro del “espectro autista” y que tiene consecuencias adversas, aunque variables, para el desarrollo social, emocional y conductual del niño. Este síndrome se considera un trastorno del espectro autista (TEA) pero leve, es decir con menos intensidad.
En la mayoría de los casos, los pequeños que padecen este trastorno presentan un retraso en el desarrollo motor y manifiestan conductas repetitivas. Este síndrome es cuatro veces más común en niños que en niñas.
¿En qué se diferencia el síndrome de Asperger del autismo?
Los niños con síndrome de Asperger no presentan retrasos del lenguaje, y tienen un CI (coeficiente intelectual) al mismo nivel o superior al de la mayoría de los niños. Los niños con otros trastornos del espectro autista pueden tener un retraso del lenguaje y un coeficiente intelectual de cualquier nivel. Las personas con síndrome de Asperger presentan un déficit en las funciones ejecutivas, por lo que su comportamiento y pensamiento es rígido, repetitivo y perseverante; entonces, por ejemplo, se les dificulta hacer planes y organizarse.
¿Cúales son los sintomas de un niño con síndrome de Asperger?
Los infantes que padecen del síndrome de Asperger muestran dificultad para relacionarse con otros y mostrar empatía. No son niños malcriados, groseros o poco importa, simplemente sus habilidades sociales son escasas y no les permiten socializar correctamente con su entorno. Algunos de los síntomas más comunes en el comportamiento son:
- En ocasiones su comportamiento puede parecer inapropiado.
- Sus movimientos son torpes, se golpea o tropieza fácilmente. Esto se debe a que sus destrezas y habilidades motoras son reducidas.
- Pueden presentar oposición a los cambios repentinos, es decir, algo que no esté dentro de su rutina.
- Presentan conductas repetitivas e intereses obsesivos.
- No entienden el sarcasmo o bromas. Comprenden todo de forma literal.
- Utilizan un lenguaje formal, muy correcto, conocen muchas palabras y pueden parecer pedantes.
- No entienden gestos ni hacen contacto visual al hablar.
- Pueden presentar sensibilidad o poca tolerancia a la luz, estímulos externos como los ruidos, entre otros.
- Pueden parecer distraídos.
¿Qué causa el síndrome de Asperger?
Aún no se conoce la causa de este síndrome; sin embargo, investigaciones indican que puede existir un factor génetico que contribuya al desarrollo del mismo.
¿Cómo se diagnostica?
El síndrome de Asperger suele ser diagnosticado entre las edades de los 3 a los 9 años.
El diagnóstico de este síndrome y todos los otros trastornos del espectro autista se realizan en dos pasos: El primer paso comienza con la evaluación del desarrollo durante un examen con el pediatra. En el segundo paso, se lleva a cabo una evaluación integral por parte de un equipo de especialistas para considerar o descartar el síndrome. Este equipo generalmente incluye a un psicólogo, neurólogo, psiquiatra, terapeuta del lenguaje y otros profesionales.
La evaluación integral que se realiza con los especialistas incluye una neurológica y genética, con pruebas detalladas cognitivas y del lenguaje, para establecer el coeficiente intelectual y revisar la función psicomotora, las fortalezas y debilidades verbales y no verbales, entre otros.
¿Se cura el síndrome de Asperger?
Lamentablemente, no existe una cura para el síndrome de Asperger y los trastornos del espectro autista. El tratamiento ideal incluye terapias e intervenciones que cubren las necesidades específicas del niño. La intervención temprana es lo mejor.
¿Cómo ayudo a mi hijo con síndrome de Asperger?
Existen muchas cosas que usted puede hacer para ayudar a su hijo a entender mejor al mundo y, de este modo, cooperarle para vivir mejor. A continuación preste atención a las siguientes ideas:
- Utilice un lenguaje normal, nada muy estructurado pero tampoco muy simple.
- Incentívelo a saludar a los demás.
- Explíquele por qué debe mirarle cuando usted le habla, esto le ayuda a estabecer un contacto visual.
- Anímelo, celebre sus logros, especialmente cuando utiliza espontáneamente una habilidad social.
- Si promete algo, asegúrese de cumplirlo. No le de falsas esperanzas.
- No forzarlo a socializar, pero sí a intentarlo, siempre positivamente.
- Nunca olvidar que son niños, tal cual y como cualquier otro. Tienen sus propias personalidades, capacidades, gustos... Solo necesitan ayuda, paciencia y, sobre todo, mucha comprensión de quienes les rodean, llámese hogar, escuela, sociedad, etc.
¿Cómo puedo ayudar a mi estudiante que padece de este síndrome?
En la escuela, los menores con síndrome de Asperger pueden presentar varias dificultades y limitaciones. Es por eso que nosotros los docentes debemos conocer este síndrome para poder adecuar nuestras actividades y así poder ayudar a nuestros estudiantes, siempre trabajando en conjunto con los psicólogos y el gabinete psicopedagógico.
Utilizar material didáctico en nuestras actividades ayudará a que el estudiante se enfoque en la clase y que así su aprendizaje sea significativo.
Entre los problemas menos frecuentes en el área académica se encuentran: La dificultad de comprensión lectora, dificultades específicas en las asignaturas que implican el uso de habilidades viso-espaciales (no reconocen figuras u objetos bi-tridimensionales) y conceptos no verbales. También pueden mostrar dificultades con la escritura y en algunas otras que impliquen el uso de las habilidades motoras finas.
El vínculo entre la escuela y el hogar es de vital importancia. Una comunicación fluida y constante resulta muy importante para obtener información sobre los logros y problemas que van ocurriendo.
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