Mié, 10/17/2018 - 15:37
- Mente y Cuerpo
Se trata de un trastorno mental, no una decisión de vida. A veces las personas sufren esta enfermedad y no muestran síntomas, por eso es muy importante estar atentos a las señales de alerta y así ayudar a una persona en esta situación.
“¡Juan lo que está es deprimido!”. Así le decían a aquel chico que tenía una apariencia triste, a quien la novia lo había dejado.
“¿Ella? ¿Deprimida? Pero si siempre está alegre cuando la veo en la oficina”…
La depresión se puede presentar de diversas formas. Muchos la sufren, pero por miedo, vergüenza, desconocimiento, prejuicio y, sobre todo, culpa, deciden callarla, negarla, maquillarla, pagando un precio aún más alto, que puede ser su propia vida.
Aunque la depresión tiene prevalencia en la mujer, también la padecen los hombres, adolescentes y niños. El 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, y este año el lema habló de la educación inclusiva y salud mental positiva, enfocándola en la prevención en la juventud. Mi objetivo de hoy: incluir y educar.
Según la OMS, el trastorno de la depresión afecta a unos 300 millones de personas en el mundo, incapacitándolas para llevar una vida “normal” en muchas ocasiones. Los síntomas suelen incluir sentimientos de tristeza y pérdida del interés y de la capacidad de disfrutar de lo cotidiano. También se observa una dificultad para concentrarse, tomar decisiones, expresión de poca valía personal o baja autoestima, sensación de vacío emocional, culpa y pensamientos acerca de morir; al igual que trastornos del sueño o del apetito.
Debido a que existen diversos tipos de depresión y grados de severidad, a veces es difícil definirla como tal. La depresión tiene varias manifestaciones: algunos lloran todo el día, otros callan; algunos duermen, otros se desvelan; unos aumentan de peso y otros adelgazan; algunos son más ansiosos e irritables y otros más catatónicos; algunos se deprimen por la temporada, otros por un evento difícil... y así nos vamos.
La depresión puede durar dos semanas e inmovilizar a la persona, mientras que algunos individuos llevan más de dos años padeciéndola, pero siguen cumpliendo con todas sus obligaciones ciudadanas. Por eso es tan importante hablar de este trastorno mental, especialmente por su conexión con el suicidio, tema que en los últimos meses ha tomado relevancia en Panamá.
Existen factores que juegan un rol importante en el desarrollo de la depresión. Uno de ellos es el biológico o genético: si uno de los padres o alguien en la familia ha padecido el trastorno, es más alta la predisposición a que los hijos puedan padecerla.
Otro factor es el social. El ambiente u hogar donde se hayan presentado dificultades emocionales, conflictos conyugales o separación, muerte de un familiar, abuso físico, emocional y sexual o negligencia en los cuidados puede llegar a jugar un papel importante en el desarrollo de una depresión en el niño o el adolescente. Los eventos negativos o estresantes en la vida de una persona, seguidos de una respuesta afectiva negativa por parte de su entorno, sentimiento de abandono o acoso, también pueden desencadenar un trastorno depresivo. Sin olvidar que el abuso de sustancias (como el alcohol) en la familia también está asociado al desarrollo de la depresión en sus miembros.
Te preguntarás ¿qué se puede hacer? Pues, siempre buscar la ayuda profesional, ya que con una evaluación clínica se puede detectar o descartar el diagnóstico.
Dependiendo del grado, existen tratamientos farmacológicos y de índole terapéutica. También son necesarios cambios en los estilos de vida, incluyendo rutinas, alimentación, ejercicio y sueño, que pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo.
Como amigos, padres o parejas debemos educarnos, no quitarle importancia a la enfermedad, estar presentes aunque la persona te pida lo contrario. Siempre buscar ayuda si la vida de alguien está en peligro, validar la tristeza y acompañarlo sin pedir que cambie.
Recuerda: es un trastorno mental, no una decisión de vida. #ponleatenciónaladepresión.