- Mente y Cuerpo
¿Te preocupa la salud de tus padres que avanzan en edad? Usa esta guía para evaluar la vejez de tus padres y saber qué hacer en caso de que necesiten ayuda.
A medida que tus padres envejecen, ¿cómo puedes tener la seguridad de que se cuidan bien y se mantienen sanos?
Cuando los visites, piensa en hacerles estas preguntas:
1. ¿Pueden cuidarse solos?
Fíjate en la apariencia de tus padres. Si son incapaces de seguir con su rutina diaria, como bañarse y cepillarse los dientes, eso podría ser una señal de demencia, depresión o discapacidad física.
Además, presta atención al estado de la vivienda de tus padres. ¿Funcionan las luces? ¿Está encendida la calefacción? ¿Ha crecido el césped?
Cualquier cambio en la forma en que tus padres hacen las cosas de la casa podría darte una pista sobre su estado de salud. Por ejemplo, si hay ollas quemadas, eso podría indicar que tus padres se olvidan que la comida está sobre el quemador encendido. Desatender las tareas domésticas podría ser un signo de depresión, demencia o de otros problemas.
2. ¿Están perdiendo la memoria?
Todos olvidamos cosas de vez en cuando. Tener un poco de problemas con la memoria es una parte común del envejecimiento que, a veces, puede ser el efecto secundario de algún medicamento o deberse a la contribución de alguna afección oculta.
Sin embargo, hay una diferencia entre los cambios normales en la memoria y el tipo de pérdida de la memoria que dificulta hacer las actividades cotidianas, como conducir o ir de compras. Los signos de este tipo de pérdida de memoria pueden ser:
- Hacer las mismas preguntas una y otra vez
- Perderse en lugares conocidos
- No poder seguir instrucciones
- Confundirse con respecto al tiempo, las personas y los lugares
3. ¿Viven seguros en su casa?
Echa un vistazo al hogar de tus padres en busca de señales de alerta.
¿Tienen dificultad para subir y bajar por las escaleras estrechas? ¿Se cayó recientemente alguno de ellos? ¿Pueden leer las instrucciones que se incluyen en los envases de los medicamentos? Si les preguntas acerca de sus medicamentos, ¿pueden explicarte cómo prepararlos o tomarlos?
4. ¿Pueden tus padres ir y venir sin peligro?
Conducir puede ser complicado para los ancianos. Si tus padres se confunden cuando están al volante o si te preocupa que no puedan conducir con seguridad, especialmente si ya cometieron alguna infracción de tránsito o tuvieron un accidente, tal vez lo mejor sea que dejen de conducir.
5. ¿Están bajando de peso?
Bajar de peso sin proponérselo podría ser la señal de que algo anda mal. El adelgazamiento podría relacionarse con muchos factores, tales como:
- Dificultad para cocinar. Es posible que a tus padres les cueste encontrar la energía para cocinar y que les sea difícil agarrar las herramientas necesarias o leer las etiquetas y las instrucciones de los productos.
- Pérdida del sentido del gusto o del olfato. Tus padres pueden perder el interés en comer si la comida no sabe ni huele tan bien como antes.
- Problemas sociales. Tus padres podrían tener dificultad para hacer las compras o problemas financieros que restringen lo que pueden adquirir en la tienda.
- Afecciones escondidas. A veces, el adelgazamiento indica la presencia de una afección grave no diagnosticada, como malnutrición, demencia, depresión o cáncer.
6. ¿Cómo están de humor tus padres?
Presta atención al estado de ánimo de tus padres y pregúntales cómo se sienten. Un cambio radical en el estado de ánimo o en su actitud podría ser una signo de depresión o de otros problemas de salud.
7. ¿Mantienen todavía su vida social?
Conversa con tus padres acerca de sus actividades. ¿Se mantienen en contacto con los amigos? ¿Mantienen su interés por pasatiempos u otras actividades diarias? ¿Participan en organizaciones, clubes o comunidades religiosas?
Cuando el padre o la madre ya no quieren estar con otras personas, eso podría apuntar hacia la presencia de un problema.
8. ¿Pueden movilizarse solos?
Presta atención a la manera en la que caminan tus padres. ¿Se muestran reacios a caminar las distancias habituales o no pueden hacerlo? ¿Han sufrido alguna caída recientemente? ¿Sería beneficioso para alguno de ellos usar un bastón o un andador?
Los problemas, como la debilidad muscular y el dolor de articulaciones, también pueden dificultar la movilidad. Si tus padres no tienen estabilidad al caminar, podrían caerse y las caídas son una de las principales causas de discapacidad entre los ancianos.
Adoptar medidas
Existen muchas medidas que puedes adoptar para garantizar la salud y el bienestar de tus padres, aunque no vivas cerca de ellos. Intenta lo siguiente:
- Comparte tus preocupaciones. Habla con tus padres. Tu preocupación puede motivarlos a consultar con un médico o a hacer otros cambios. Considera incluir en la conversación a otras personas que se interesan por tus padres, como amigos cercanos.
- Motívalos a acudir a controles médicos regulares. Si te preocupa el adelgazamiento, el estado de ánimo depresivo, la pérdida de la memoria u otros signos y síntomas de tu padre o de tu madre, motívale a hacer una cita con el médico. Puedes ofrecerle programar la consulta y acompañarle al médico o conseguir que alguien lo haga. Pregunta también sobre las consultas de seguimiento.
- Aborda los problemas de seguridad. Indícales cualquier problema de seguridad posible y luego elabora un plan para abordar esos problemas. Por ejemplo, un asiento más elevado para el inodoro o un pasamanos en el baño podrían ayudar a evitar caídas. Si ya no es seguro que tus padres conduzcan, aconséjales otras opciones de transporte, como tomar el autobús, usar un servicio de autos o camionetas, o contratar un chofer.
- Considera un servicio de cuidado a domicilio. Puedes contratar a alguien para que limpie la casa y haga los mandados. La asistencia de salud domiciliaria puede ayudar con las actividades diarias, como el baño, y otros servicios comunitarios podrían prepararles la comida. Si permanecer en su casa es demasiado complicado, puedes sugerirles que se muden a una vivienda tutelada.
- Comunícate con el médico para obtener orientación. Si tus padres ignoran tus preocupaciones, considera comunicarte directamente con el médico. Tu opinión puede ayudar al médico a entender qué debe buscar durante las próximas consultas. Ten presente que el médico posiblemente necesite verificar que está autorizado a hablar contigo sobre el cuidado de tus padres y para ello, podría requerir que ellos firmen un formulario o una exención.
A veces, los padres no admiten que necesitan ayuda y en otras ocasiones, ni siquiera se dan cuenta que la necesitan… es allí donde apareces tú. Asegúrate de que tus padres entiendan el problema y la solución que tú les propones.
Recuérdales lo importantes que son para ti y que quieres ayudarles a mejorar su salud y bienestar, tanto hoy como en los años venideros.