- Farándula
La Duquesa de Sussex se impone como una mujer independiente y decidida.
Llegó el gran día y Meghan Markle y el Príncipe Harry han dado el sí en la Capilla de San Jorge en la ciudad inglesa de Windsor.
Pero si algo nos ha quedado claro durante la ceremonia es que hemos podido confirmar que definitivamente Meghan es una chica feminista.
Desde pequeña dio señales de tener un caracter fuerte e inquebrantable. En 2015 fue invitada a un evento organizado por Naciones Unidas Step It Up For Gender Equality (Levántate por la igualdad de género) y pronunció un discurso muy aplaudido, en el que contó que su consciencia feminista despertó desde muy chica.
“En la época de la escuela elemental solíamos ver un show en la tele y de pronto apareció un anuncio de un detergente líquido para limpiar los platos con el siguiente lema: ‘Las mujeres en toda América están luchando contra las ollas y sartenes grasientas’. Dos niños de mi clase dijeron: ‘Claro, ahí es donde deben estar las mujeres, en la cocina’. recuerdo que me quedé en shock, estaba enfadada y también sentía que me habían hecho daño. Algo no estaba bien, había que hacer algo”, contó.
Markle pasó a la acción y decidió escribir cartas a personas poderosas para denunciar el sexismo en la publicidad. Hillary Clinton respondió a aquella niña de 11 años que vivía en Los Ángeles para animarla en su denuncia. El fabricante del detergente rectificó.
Además, Meghan también aprovechó a finales de Febrero un evento de Royal Foundation de los príncipes Guillermo y Enrique en el que también participó Kate Middleton para posicionarse nuevamente a favor del movimiento feminista. "Es interesante que cuando se habla de empoderamiento femenino se dice que hay que ayudar a las mujeres a encontrar su voz. Sin embargo no creo que las mujeres tengan que encontrar su voz, sino que ya tienen voz y solo tienen que sentirse empoderadas para usarla".
Aquel caracter se vio reflejado hoy en la ceremonia también. Después de muchos escándalos con su padre y la noticia de que no podría acompañarla en el día de su boda debido a su estado delicado de salud, surgió la pregunta de quién debería acompañarla al altar. Pronto se supo que sería el Príncipe Carlos quien la acompañaría, pero hoy vimos un gesto que dejó un mensaje bien claro.
Meghan decidió caminar el primer trayecto de la capilla sola. Así mismo, no tuvo damas de honor. Esa soledad ha sido todo un mensaje, el de una mujer decidida, independiente y feminista.
Pero no fue lo único. La novia también decidió prescindir de la palabra “obedeceré” a la hora de pronunciar sus votos matrimoniales: “Prometo amarte, apreciarte y obedecerte” (en inglés, “love, cherish and obey”). Es la fórmula más tradicional que Diana quiso eliminar a lo que el arzobispo de Canterbury, Robert Runcie que ofició la ceremonia se negó.
Definitivamente, además de celebrar el ser mujer y estar muy segura de quien es, Meghan ha terminado de romper todos los protocolos de la realeza.
“Una actriz de Hollywood mestiza y divorciada que fue a un colegió católico se va a casar con el hijo del próximo rey. Una frase así sencillamente no podría haber sido escrita hace una generación”, arrancaba un editorial del conservador The Daily Telegraph, que llamaba a convertir la boda en “un gran acontecimiento nacional”.
Muchos se preguntaban qué clase de miembro de la realeza sería, pues creemos que además de trabajar activamente en las fundaciones que tienen los príncipes Guillermo y Enrique, de seguro Meghan se cupará en especial de temas relacionados con la mujer.