Kiara Sang nos habla sobre su misión hacia la mujer panameña

Jue, 05/10/2018 - 18:15
Modelo, reina de belleza e ingeniera industrial, la chiricana busca empoderar a las mujeres del país.

Estoy seguro que muchos se preguntan acerca de tus orígenes. Cuéntame de tu familia

Tengo  una mezcla bastante diversa. Mi bisabuelo era de Guanzhou, China, de allí mi apellido paterno, quien se casó con una panameña. De parte de mamá, mi abuela era alemana –creo por eso la altura-, y mi bisabuelo era negro.

Comenzaste a modelar a los 13 años en Chiriquí. ¿Cómo entraste al mundo y cuáles fueron tus primeros trabajos? ¿Cómo ha sido tu carrea aquí en Panamá?

Estaba en ese momento de pre adolescente donde las mamás quieren meterte en todo tipo de actividades para que te vayas desenvolviendo. Estuve en baile, karate y finalmente en una competencia de modelaje local donde gané el concurso. Marie Claire Fontaine puso el ojo en mi, y desde allí comencé a hacer trabajos en Panamá, en plena etapa escolar, y tenía que viajar para hacer revistas y etc.

He tenido la oportunidad de modelar para Custo Barcelona, Bibhu Mohapatra, es decir, siempre logro modelar para el diseñador internacional estrella invitado del año. En el 2016 tuve la oportunidad de protagonizar la campaña de Fashion Week.

Cuando finalmente te mudas a Panamá por tus estudios, ¿en qué año fue? ¿Cómo fue el cambio?

Hice mi primer año de Ingeniería Industrial en la UTP de David, pero quise culminar los cuatro años acá. Siempre sentía que tenía que dar más y expandir mis horizontes. Siempre tuve esa inquietud por dentro y, gracias a Dios, mis padres siempre me han impulsado. Obvio con sus apegos de no querer dejar a los hijos volar, y recuerdo la primera vez que me fui, mi papá lloró como si no me fuese a ver nunca más.

Fue muy difícil llegar aquí porque ya estaba muy acostumbrada a la confianza de la gente de Chiriquí, ya que es muy pequeño. Me costó mucho en la universidad; recuerdo que las primeras semanas lloraba. Es algo fuerte el choque. Los profesores tienen una mente más abiertas; los estudiantes no son tan confianzudos como en el interior, que van y te hablan de una vez, acá son más recelosos hasta que se dan cuenta que eres bueno, y de allí ya son excelentes personas. En la comida fue difícil también porque no sabía cocinar muy bien.

Felicidades por tu grado en Ingeniería Industrial. ¿Por qué escogiste esta profesión y en dónde te ves con ella en un corto y largo plazo?

Siempre he tenido una visión muy amplia de las cosas. No veo lo que está pasando, sino más allá; cómo empezó y cómo –más o menos- terminará. Yo entré a Ingeniería Industrial sin saber exactamente qué era, pero sí estaba clara que se empataba mucho a mi manera de ser porque el ingeniero llega, ve cómo está la situación y trata de agilizarla. Siento que mi capacidad para analizar es bien grande , y me siento bien identificada con mi profesión.

Mi trabajo de grado fue una tesis para la Policía Nacional de Panamá porque siempre el tema de seguridad me ha parecido fascinante. A los profesores realmente les sorprendió que la hiciera allí, pero yo quería algo distinto, dejar un aporte para Panamá. Regularmente se hacen las tesis en alguna empresa, y cuando se está listo, ellas se llevan todos eso. Sí, claro que se aprende, pero es mejor adquirir ese conocimiento y que todo ese trabajo sea de beneficio para el país.

Mi sueño es fundar una empresa consultora de administración estratégica. Es decir, llegas a la empresa, analizas todo el panorama, ver en qué se está gastando más, y luego llegar a la conclusión de qué reforzar, en qué bajar gastos, para que la empresa se potencie.

Fue esta la razón por la que tengo entendido tenías el Señorita Panamá en espera. ¿Por qué decidiste dar el paso a una reina de belleza finalmente?

Lo decidí tomar porque me gradué y porque sentí que era mi momento. Detrás de la puerta de mi habitación tengo un plan de vida que hice como hace 4 años, y puse que terminaría mi carrera en cinco años, y en 2018 sería Señorita Panamá.

Para ser Señorita Chiriquí, ¿cómo fue el proceso?

Los organizadores de la franquicia me contactaron. Ya, yo, tenía un par de años en boca de la gente para ingresar al Señorita Panamá, y el dueño de Señorita Chiriquí, Emilio Hurtado, le comentaron de mi y me llamó de inmediato.

Las personas normalmente confunden el modelaje con los concursos de belleza. Tú que vives ambos, ¿Cuáles son las principales diferencias?

La proyección de la modelo es muy diferente a la de una miss. La miss debe ser muy coqueta siempre, verse siempre feliz y mostrar mucho amor y proyección social. La modelo va a lo que va, sale del trabajo y sigue siendo ella. La miss siempre debe guardar aquella imagen.

Si tuviese que escoger uno, tendría que mezclarlos. Me gusta el mundo del modelaje, pero siento es un poco frío, mientras que en los concursos de belleza se tiene mucho más contacto humano.

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Hoy en día vemos la belleza integral y con propósito, ¿cuál sería tu mensaje o causa que quisieras apoyar si ganas alguna de las coronas?

Estuve muy cerca de la violencia en Panamá, por lo tanto deseo llevar el mensaje de prevención de la violencia hacia la mujer porque es un tema importante para mí, y algo que he vivido de cerca. Es curioso ver como las estadísticas muestran cuan violenta es la región latinoamericana, y si educamos y prevenimos, podríamos salvar muchas vidas. Mi mayor enfoque es la prevención porque siento que las ONG’s y las personas siempre se van a protestar cuando la mujer ya está siendo abusada o asesinada. No digo que no hay campañas de prevención, pero resuenan más los hechos en sí.

Actualmente trabajo con la fundación Movimiento Nueva  Generación. En sus centros de alcances, buscan educar a los niños de áreas de riesgo social alto a través de las artes y el deporte, y guiarlos durante su etapa escolar con ayuda en los estudios.

Tal vez el Miss Universo sea el sueño de muchas, pero ¿hay alguno de los cuatro grandes certámenes con el que te sientes más identificada y por qué?

No porque sea el Miss Universo, sino porque siento es la más completa. Me parece que para ser una Miss Universo, tienes que ser una mujer completa. Debes tener tanto el contacto humano/social, como demostrar que eres una mujer empoderada, decidida, que cuando hable se tenga fe y credibilidad en su palabra.

¿Tus mayores retos en Señorita Panamá?

En el modelaje no se hacían tantas poses como acá, y es algo que hay que practicar mucho. Nos miran mucho la silueta de nuestro cuerpo, y esto depende de cómo pongas las piernas, los pies, las manos… Honestamente me hace falta más práctica, pero eso se pule y me ayudará mucho más a mi carrera como modelo también.

¿Enseñanzas?

Yo entré al concurso porque tenía el concepto de que no es tan común ver a una miss que fuese emprendedora. Que fuera la risa y cara bonita, pero que por dentro fuera fuerza. Quise entrar para romper ese paradigma, pero una vez dentro me di cuenta que sí existen chicas así.

El primer día que todas nos conocimos, recuerdo ir evaluando a cada una por quiénes eran físicamente, pero luego de varias sesiones grupales que nos hacen en la organización, me he dado cuenta del valor humano que cada una tiene. Se ha creado un sentimiento de confianza, y me he enterado de situaciones fuerte por las que muchas han pasado. Nos dan la oportunidad de tener un contacto más humano.

A tu percepción, ¿cómo se puede eliminar este estigma de la “miss vacía”?

Primero, depende de la mujer. Siento que cada uno debe creerse que si les gusta el mundo de la belleza, que en lo personal me fascina y pienso es un arte que me apasiona, no significa que no pueden desarrollar otros talentos que estoy segura todas tienen. Que sí es posible desarrollarse en el área profesional y dar un poco más. Además deben comenzar a hablar de eso, de proyectar en lo que ellas creen.

Para la sociedad, basta de discriminar y etiquetar a las personas. Es importante que la mujer sepa que por sus mismos recursos puede logar todo lo que quiera porque no hay nada más rico que tú misma sentir el fruto de tus éxitos y pagarte todo tú misma.

¿Cuál es tu percepción en cuanto a cómo se ve el papel de la mujer en Panamá?

Las mujeres en Panamá son muy fuertes y con gran cantidad de poder. Lo veo en mi madre, de no haber alcanzado siquiera los estudios secundarios, hoy en día es una mujer emprendedora que ha logrado sacar una agencia de bienes y raíces muy exitosa desde cero. Ella ha sabido seguir adelante por su cuenta, y esto es lo que veo de cada mujer panameña. ¡No se dejan!

De igual forma siento que hace falta enriquecer el emprendimiento y la parte de formación profesional. No se limiten, ni piensen que la vida se las va a resolver otra persona. Que tengan en mente que ellas solas se pueden construir su vida soñada.

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Tal vez sea el típico cliché de pregunta, pero ¿qué mensaje les das a aquellas aspirantes a modelos o misses?

Si te diría que todo el mundo puede ser modelo, te mentiría. No quiero sonar dura, pero sí realista. Tuve experiencias en Miami y Nueva York, y así como muchos me dijeron sí, muchos más me dijeron no. Siento que es como ganarse la lotería, depende de tu red de contactos, del diseñador, de quién te ve… La confianza es un factor primordial en este mundo. Obviamente la parte física es primordial porque el ser modelo es ser una imagen. Por medio de ti se vende ropa, accesorios, fragancias; no te vendes tú, sino lo que llevas puesto.

En cambio, si sientes que tienes talento para cualquier disciplina artística, explótalo y púlete. Siempre se lo digo a todas las chicas adolescentes que luchen por lo que su corazón les dice. El destino y la gente podrán darte lo que ellos quieran, pero cuando sigues tus instintos, las puertas se irán abriendo solas. Deben aprender a depurar, y saber que no todo lo que les dicen será de beneficio, analizar, comprender y mejorar. 

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