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Un peso ideal
Mantenerse en forma pareciera ser un mensaje recurrente, pero realmente puede garantizarte una buena salud. Según The American Cancer Society, el sobrepeso u obesidad están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de seno. Aunque dicen que la relación es compleja, hay estudios que exponen que el riesgo es mayor si la grasa está acumulada alrededor de la cintura.
¡1,2,3… ejercítate!
Además de aumentar la función inmune de tu cuerpo, el seguir una rutina diaria de ejercicios reducirá los niveles de estrógeno y de insulina en tu cuerpo. Estudios han revelado que con una o dos horas y media por día, el riesgo de padecer la enfermedad disminuye en un 18%. Cuando lo único que quieras sea regresar a la cama, intercambia tus pijamas por ropa de ejercicio, y sé fiel a tu bienestar.
Reduce el alcohol
Estudios de las escuelas de medicina de Brigham, Harvard y Women’s Hospital revelan que tomar entre tres y seis copas de licor fuerte a la semana aumenta en un 15% las probabilidades de cáncer.
A comer vegetales
Mantener una dieta completa es realmente una buena medida de prevención. Procura agregar a tu plato vegetales crucíferos, como brócoli, repollo o coliflor. Estos contienen sustancias fotoquímicas anticancerígenas que ayudan a disminuir la multiplicación de las células malignas.
El árbol genealógico
Según la OMS, los antecedentes familiares de cáncer de mama multiplican el riesgo dos o tres veces. Preguntar por experiencias pasadas realmente puede contribuir a una detección precoz. Si por ambas partes de tus familiares existen antecedentes de la enfermedad, puedes considerar realizarte un examen genético.
Hazte una prueba
Un examen clínico cada tres años es recomendable para todas las mujeres. Si tienes 40 años o más, se recomienda hacerse una mamografía anual.
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