Muchas mujeres en algún momento de sus vidas han tenido un pensamiento parecido al título de este artículo.
Es indudable que cuando todas nos casamos lo hacemos con el firme propósito de estar con esa persona para el resto de nuestras vidas; hasta que nos hagamos viejos y nos vayamos de este mundo terrenal. Por supuesto que hay excepciones y existen mujeres que van muy divinas vestidas de novia (con vestido de diseñador y boda de telenovela) pensando “si esta vaina no funciona, llamo a mi abogado y listo” y ni hablar del hecho de establecer un contrato prenupcial, ya eso es como decir que firmaste el 50% del divorcio que casi es un hecho; a mí personalmente me parece que así haya de por medio BILLONES, la confianza debe ser el punto No.1 de la agenda de pareja y firmar un contrato de esos es aceptar que no confían para nada entre sí, entonces resumiendo “para que car… Se casan??” Mejor vivir “arrejunta’o” como dicen en la campiña. Si quieren fiesta inventense una y ya.
Volviendo al punto medular; entonces llega ese momento incómodo y deprimente en que sienten que ya no quieren ver a esa persona ni en foto porque los resentimientos, peleas y problemas son el plato fuerte del diario vivir, en ocasiones con detonantes graves o hasta abandono y súbitamente se convierten de mujeres casadas a separadas y prontamente divorciadas.
Un tornado de sentimientos y preocupaciones seguidos de la consecuente depresión que los psicólogos llaman “luto”. Entonces de repente alguien que no sabe del divorcio, les pregunta por el susodicho; pueden escuchar dos posibles respuestas:
1) Gracias al cielo ya estoy divorciada de ese maldito, malparido, desgraciado etc etc (todos los sinónimos) y la gente queda con ojos pelados, por cierto algunas drásticas hacen hasta fiesta de divorciada con Cake y todo ó;
2) La llorantina hasta con moco diciendo cuanto lo amó y todavía lo ama, diciendo que no sabe como pudo pasar semejante situación y echando la culpa a terceros; cuando en realidad debemos estar claros todos los seres casados de que los matrimonios se rompen de dentro para fuera y no al revés.
Luego de eso se pasa a la siguiente etapa: el 80% de las mujeres atraviesan lo que llamo “la metamorfosis”, se reponen del luto y viene bajando cuanto paseo por el quirófano, estética, spa, nutricionista que su bolsillo pueda y no pueda pagar, sumado a eso viene la transformación total del closet y los estrenos también abarcan nuevos círculos de amistades y hasta nuevo boy friend, jajajaja es que la reforma es total y absoluta señores; “se pasa la página con fuegos artificiales”, los mismos ex-maridos terminan diciendo que se ven mejores que antes y algunos hasta hacen nuevos intentos de levante, aunque no me lo crean; – lo consiguen- jejeje conozco parejas que se han casado dos veces. No les voy a negar que me parece estupendo, porque soy pro parejas felices y pro familia y ver segundas oportunidades saludables es lindo.
Pero para aquellas a quienes el ex no las reconquistó; llega la segunda oportunidad y a veces hasta tercera oportunidad y descubren que ya a una edad con experiencia definitivamente que se tiene mejor visión; ya saben que quieren con la certeza que solo le dan los años y consiguen al verdadero AMOR DE SUS VIDAS; ese que efectivamente va envejecer con ellas y las va respetar y amar a ellas y a sus hijos, generalmente hombres que ya han tenido familia y lo que desean es tiempo de calidad en pareja, compartir lo que antes no compartieron, porque a ellos también la vida les ha enseñado.
Empieza una vida nueva señores, pasando página y a veces pasando libros completos, lo importante es levantarse, sacudirse las rodillas y avanzar.
Felicito a todas mis amigas solteras que en algún momento estuvieron casadas y han sido así de inteligentes, se han dado ellas una nueva oportunidad, que están más hermosas que nunca, que se llevan bien con sus exes por el bien de los chicos y logran la total armonía que se necesita, renaciendo todos los días como el ave fenix que tanto me encanta.
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