- Mente y Cuerpo
Este mes celebramos el Día del Padre y por eso quiero felicitarlos a todos y además honrarlos con esta columna. ¿Cómo así honrarlos? Porque considero que, si bien somos muy distintos a ellos, hay varias cosas que podríamos aprender del sexo masculino.
Todas sabemos que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, ¿cierto?, pero nunca pensamos cómo podemos utilizar sus “cualidades innatas” para aprender de ellos y usarlas para nuestro beneficio.
Yo que trabajo con mamás emprendedoras y también formo parte de este clan, me he dado cuenta de que las mujeres muchas veces (y sin generalizar) no avanzamos en cumplir nuestras metas por distintas razones...
Nosotras tenemos MUCHÍSIMAS cualidades, pero a veces nos hace falta explotar ese “lado masculino” para hacer que las cosas pasen; olvidarnos del drama y salir de largos periodos de estancamiento y frustración que muchas sufrimos.
¿Cuáles son estas cualidades de los hombres que podemos practicar?
1. Si caen, se levantan. Enfrentan el miedo y van “pa‘lante”.
2. Actúan rápido. Van directo al grano y no se enredan por querer hacerlo todo y sentirse Superman.
3. Toman decisiones contundentes. No les dan tantas vueltas a las cosas.
4. Se enfocan en una sola cosa. Son estructurados y no son “multitasking”. No hablan por teléfono, escriben en la computadora y comen a la vez, pienso que disfrutan más las cosas en el presente.
5. Son más independientes. No esperan a nadie para cumplir sus planes, van porque van.
Las mujeres somos lo máximo y logramos grandes cosas, pero te reto a que practiques estas cualidades para que puedas conseguir todavía más:
1. Toma decisiones sin darle muchas vueltas a las cosas.
2. Actúa sin esperar que todo esté perfecto.
3. Empieza a integrar cierta estructura a tu vida y a tu trabajo.
4. Enfócate en vivir el momento, disfrutar el presente y dejar de hacer mil cosas a la vez.
5. Piensa en ti y no esperas moverte por lo que diga “fulano o sultano”.
¿Funcionará? Yo te digo que sí por experiencia porque hace poco empecé a implementar estos ajustes a mi vida, luego de mis entrenamientos para ser “coach” transformacional y me ha dado buenos resultados en mi negocio y en mi vida en general.
Esto lo aprendí de Gina Devee, mi mentora, que dio este ejemplo que comparto a continuación para ilustrar mejor lo que dije anteriormente: visualiza un florero con hermosas flores. Su energía femenina sería el agua suave y fluida. Su energía masculina es el florero, que es tangible y proporciona estructura. Para que las flores se nutran, florezcan e irradien su belleza, colores y fragancias, necesitan el lado femenino - el agua - para que puedan alimentarse. Y también necesitan el lado masculino - el jarrón - para contenerlas, apoyarlas y protegerlas.
Por eso nosotras las mujeres debemos equilibrar nuestros sueños, ideales y anhelos con lo tangible, la estructura y acción de los hombres.
¿Te animas? ¡Espero que sí!
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