Al parecer, en Estados Unidos no es ningún secreto que todavía los conflictos racistas son algo que se ve a diario, quizás no con la misma intensidad que décadas anteriores, pero sí en las pequeñeces del día a día, que dejan de serlo para transformarse en un problema peor: la discriminación.
Uno de esos rubros es la medicina. Hoy día todavía se puede ser testigo de la diferencia de tratos que reciben en un hospital las personas blancas y negras, ¿suena familiar?
Un nuevo estudio, realizado en la Universidad de Virginia y publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, ponen al descubierto dos experimentos mirando cómo los prejuicios raciales pueden influir en el tratamiento del dolor para pacientes de raza negra.
En el primer experimento, los investigadores pidieron a 121 personas de raza blanca en indicaran en qué medida ellos creían algunas declaraciones totalmente falsas sobre las diferencias raciales biológicos entre blancos y negros. Por ejemplo, muchos de ellos informaron creer que los negros envejecen más lentamente, que los negros que tienen la piel más gruesa que la gente blanca, y que las terminaciones nerviosas de los negros son menos sensibles que los blancos de las personas.
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