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Muchos padres desconocen la importancia de esta etapa, los expertos aseguran que es vital para el desarrollo del cerebro.

Tu bebé tiene nueve meses y aún no gatea… Te sientes más tranquila porque conoces a una madre que te dice: “tranquila, no es tan importante, mi hijo caminó sin gatear, antes de cumplir el año”. Aunque para muchas madres este proceso no es necesario en la vida de sus hijos, expertos explican que de este depende mucho el desarrollo de todo niño. Y es que, el gateo es el resultado de una evolución en el control del cuerpo.
“La andadera todavía es un tema que genera polémica, muchos pediatras y ortopedas no están de acuerdo con su uso, mientras otros lo ven como algo normal", opinan los expertos en el tema.
Según el doctor Carlos Gardeta, experto en estimulación multisensorial, el gateo ayuda a que el bebé desarrolle visión, tactilidad, el equilibrio, el movimiento grueso y la orientación, todos estos importantes para su desenvolvimiento.
Otro detalle importante es el hecho de que las madres prefieren que sus hijos usen la tan controversial andadera y no los ponen en el piso. Especialistas aseguran que es preferible que los bebés pongan en movimiento todos sus músculos, y para ello deben estar en el piso u otra área que les permita desplazarse.
Gardeta asegura que el 95% de los niños que no gatea, años más tarde presenta problemas de lectoescritura. “La etapa del gateo debe empezar hacia los ocho o nueve meses; sin embargo, hay niños que pueden demorar más tiempo, pero no hay que preocuparse”, mencionó.
Cuando el bebé da indicios de que va a gatear, es necesario que los padres adapten la casa para que el pequeño pueda desplazarse sin problemas. Para empezar, estar pendiente de los enchufes, tener cuidado con las esquinas de los muebles, cerrar las puertas, no dejar objetos pequeños al alcance del bebé y ponerle zapatos cómodos al infante para que tenga mejores movimientos.
Importancia del gateo
Si todavía tienes dudas de en qué ayuda esta etapa a tu bebé, aquí algunos detalles importantes. A tomar nota.
- El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
- Desarrolla el patrón cruzado, movimiento que comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta.
- Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Estos permiten saber dónde están las partes del cuerpo de uno.
- Permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. El 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
- El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. También, al gatear el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, de los fémures y de las caderas.
- Ayuda a poder escribir en el futuro. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.
Por ello es muy importante darles la oportunidad a los bebés de gatear libremente, muchas veces no se les permite porque siempre se está pendientes a que se vayan a ensuciar, o que se pueden hacer daño, o por cuestión de seguridad se piensa que mejor están en el corral, lo que limita su espacio para la exploración.
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